Ocho años ha permanecido oculta esta inscripción, que se atribuye a algún alumno de la "escuela taller catedral de Sevilla" (Forja XXI) que en aquellas fechas procedió a la restauración de la reja. Así se deduce porque el nombre de dicho centro laboral también está grabado.

Descubrir al autor de esta reseña en homenaje a Blanco será tarea difícil, sobre todo después de transcurridos tantos años, en tanto que desde la escuela-taller se asegura que ninguno de sus trabajos son firmados, según informa la prensa sevillana.

El hallazgo fue posible gracias a que su descubridor escudriñó a fondo la reja, probablemente aburrido, mientras esperaba en la cola para entrar a ver el cuerpo incorrupto de San Fernando, que aloja la catedral hispalense.