LOS MIEMBROS DE LA "AGRUPACION MALAGA", DISPUESTOS A REGRESAR A BOSNIA
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Los soldados españoles miembros de la "Agrupación Málaga", que en los últimos seis meses han participado en las tareas humanitaris que, bajo el auspicio de Naciones Unidas, se han desarrollado en la extinta Yugoslavia, han declarado hoy, tras llegar a Málaga, que están dispuestos a volver a Bosnia-Herzegovina.
El teniente coronel Alfonso Armada, que fue recibido en el puerto de Málaga por su mujer e hijos, no dudó, al igual que numerosos soldados, en reconocer su disposición a volver a los Balcanes para realizar labores humanitarias.
"Hemos dejado muy bien al Ejército y a España, y estamos dispuestos a volver", dijo el tenente coronel Armada, que se mostró feliz de haber desembarcado en Málaga y recibir el abrazo de su familia. "Mi mujer e hijos están orgullosos", aseguró.
Las escenas emotivas de nerviosismo y lágrimas se sucedieron después de la finalización de los actos oficiales de bienvenida a la "Agrupación Málaga", como la protagonizada por el soldado paracaidista de Alcalá de Henares Joaquín Hernández y su novia, Alejandra Martín, que en dos meses contraerán matrimonio en Almería.
"Le he traido a mi novia rgalos que compré en Split, pero el regalo más importante soy yo, que estoy sano y salvo", dijo Joaquín Hernández, que también volvería a los Balcanes, "como soldado profesional que soy".
"He pasado mucho miedo, pero estoy muy orgullosa de tener un hijo que lo ha dado todo por esas personas", decía Mercedes del Campo, madre de un teniente de transmisiones, que se desplazó desde Madrid para recibir a su hijo.
La mayoría de los miembros de la "Agrupación Málaga" se lamentaron de la continuación del onflicto bélico en la extinta Yugoslavia. "Hemos visto mucha gente muerta en los arcenes, y niños que lloraban porque no habían comido, y nosotros sólo podíamos consolarles y no solucionarles el problema".
El cabo de la Legión José Rodrigo Romero, que no fue recibido por sus familiares por residir en Melilla, manifestó que el momento más difícil que pasó en Bosnia fue "cuando fuimos bloqueados por guerrilleros serbios y nos pidieron un blindado encañonándonos con un lanzagranadas, aunque negociamos y odo quedó en paz".
Un portavoz de los refugiados bosnios en Mijas (Málaga), desplazados en señal de agradecimiento hasta el puerto de Málaga, declaró: "Estamos muy orgullosos del trabajo que han realizado en un país extraño con tantísima locura, y agradecidos porque han ayudado a nuestros amigos y familiares".
"Miedo no hemos pasado, porque sabíamos lo que nos podía pasar", dijo un miembro del regimiento paracaidista de Alcalá de Henares, mientras que el asesor jurídico de la "Agrupación Málaga",el comandante Zarranz aseguraba que la misión "ha sido cumplida".
"Ahora pienso darme un festival como los de antes de ir a Yugoslavia", decía un legionario, mientras que el resto de sus compañeros hacían planes para un futuro próximo con sus familias.
Los miembros de la "Agrupación Málaga" no acaban de entender una guerra como la de Yugoslavia, "porque te puedes ver a un bosnio tomando café con un serbio, que media hora antes le estaba tiroteando". "Allí están locos y parece que piden a gritos qe haya una intervención de las fuerzas extranjeras".
Niños y curiosos solicitaban a los soldados sus boinas azules, señal de su pertenencia al contingente militar de paz de Naciones Unidas. Sin embargo, nadie quería desprenderse de tan preciado trofeo. "Esta es mía, y nadie me la va a quitar, porque para algo he estado seis meses sufriendo y trabajando por esas criaturas", decía un paracaidista.
Los más de cuatro mil malagueños que se congregaron en los aledaños del puerto de la ciudad para dar l bienvenida a los soldados no pararon de vitorear a la "Agrupación Málaga". "Son los más valientes", decía una anciana viuda de un caballero legionario que abrazaba y besaba a muchos soldados.
Una vez en el "Campamento Benítez", sede del Mando legionario de Málaga, donde los soldados y sus familiares fueron agasajados con un ágape, el Príncipe de Asturias condecoró al soldado paracaidista José Felip, herido mientras desarrollaba tareas humanitarias como consecuencia de una descarga eléctrica.
El ríncipe departió y bromeó con los soldados, que en un ambiente festivo hicieron votos por la finalización del conflicto bélico en los Balcanes.
(SERVIMEDIA)
29 Abr 1993
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