LOS MICROCRÉDITOS ESTÁN EN EL ADN DE LAS CAJAS DE AHORROS, SEGÚN EL PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN UN SOL DE MÓN
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Ángel Font, presidente de la Fundación Un Sol Món, de Caixa Catalunya, afirmó hoy en Madrid, durante su intervención en unas jornadas sobre microcréditos e inclusión social, que esta modalidad de préstamo a bajo interés "está en el ADN de las cajas de ahorros".
Font, que es el responsable de una fundación pionera en España en la difusión de los microcréditos, puso de relieve que en muchas calles y barrios de España todavía existen situaciones de usura y que 300 años después vuelve a cobrar importancia la labor que desarrollan las cajas de ahorros. "El microcrédito", precisó, "está en el ADN de las cajas, aunque hasta hace seis o siete años estaba cubierto de polvo".
En su ponencia, Font hizo suyo un pensamiento acuñado por el último Premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, quien utiliza un paralelismo entre los hombres y los árboles para concluir que las personas excluidas socialmente son como los bonsáis, a los que se les modifican sus raíces para limitar su crecimiento y desarrollo.
En este sentido, criticó algunas "medidas bonsái" que se utilizan desde las administraciones públicas y el propio sector social, al concebir los microcréditos y otros tipos de ayudas como actuaciones exclusivamente paternalistas destinadas a las clases más desfavorecidas.
"Para buscar estrategias de salida de la pobreza", indicó, "debemos contar con las ideas e iniciativas de los beneficiados por estas ayudas. Esa es la gran idea y no el paternalismo con el que se concede el microcrédito".
El presidente de la Fundación Un Sol Món citó un reciente informe de Naciones Unidas sobre sistemas financieros inclusivos, que refleja la gran brecha existente entre los países más desarrollados y los más pobres.
El estudio refleja que el 91 por ciento de los ciudadanos de los Estados Unidos y el 90 por ciento de los residentes en la Unión Europea pueden acceder al menos a una cuenta corriente, mientras que la cifra se reduce al 47 por ciento en el caso de Botswana, al 32 por ciento en el de Sudáfrica y al 6 por ciento en Tanzania.
Estos datos, según Font, apoyan la necesidad de que en todos los países haya instituciones financieras no regidas necesariamente por las estrictas leyes del mercado y que actúen para corregir esas desigualdades.
A su juicio, el principal debate en torno a los microcréditos es cómo conseguir un equilibrio entre la sostenibilidad financiera y su impacto social, para lo cual se necesitan políticas públicas específicas y una serie de mejoras en materia de salud, educación, vivienda, cooperación y autoempleo.
Font dijo que "la nuestra es la primera generación que puede ver erradicadas formas extremas de pobreza, como el hambre, y nuestros hijos pueden ver, en 15 o 20 años" cómo se acaba con una lacra que perdura desde los últimos 3.000 años.
(SERVIMEDIA)
19 Dic 2006
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