La organización humanitaria presentó hoy sendos informes que contradicen el discurso político oficial sobre una mejora de la situación de la población, que no es real. "Es la mayor catástrofe humanitaria del momento y una zona prioritaria para MSF", afirmó en rueda de prensa Ofelia García, responsable del seguimiento operacional de MSF-España.

El análisis de MSF realizado en los últimos cinco meses en la región revela tasas de mortalidad "alarmantes", que duplican el umbral de emergencia y que superan la tragedia que se vive en Darfur o Níger.

A ello se une un sistema nacional que impide el acceso a la salud a la mayor parte de la población, no sólo por la barrera económica, sino también por unas insuficentes infraestructuras que impiden el traslado a los centros de salud en un país donde las distancias son enormes.

Para Christelle Boulanger, responsable de Asuntos Humanitarios de MSF, el trabajo político de transición que se está llevando a cabo en el país, y que culminará con elecciones en junio del próximo año, está desvinculado de la situación humanitaria.

EXTREMA URGENCIA

"Son programas de desarrollo que no van a responder a las emergencias y que van a dejar fuera a toda una parte de la población que necesita ayuda urgente", advirtió. En este sentido, reclamó que, junto al proceso de transición y de reconstrucción del país, también se dé un impulso para paliar la situación de extrema urgencia con respuestas adecuadas.

El conflicto reciente en la República Democrática del Congo provocó la muerte de unos tres millones de personas, varios millones de heridos, centenares de miles de desplazados y cerca de 300.000 refugiados.

En la actualidad, a pesar de los acuerdos de paz, son varias las zonas del país que siguen en conflicto, con situaciones de pillajes, masacres, violaciones y torturas. En el resto del país, a pesar de estar en paz, los indicadores de desarrollo son preocupantes, con la mitad de la población sin agua potable, una esperanza de vida de 42 años, una mortalidad bruta de 21 por mil habitantes y una mortalidad materna de 995 por cada 100.000 nacimientos.

La pobreza está generalizada y el acceso a la salud no está garantizado. La malaria sigue siendo la principal causa de muerte, mientras la infección por VIH-sida sigue aumentando a un ritmo mayor del que reconocen las cifras oficiales. Además, la primera causa de ingreso hospitalario es la desnutrición en los niños, la mayor parte de las veces provocada no sólo por la falta de alimentación, sino también por enfermedades como la tuberculosis.