De la Cal se enfrenta a una solicitud fiscal de cinco añs de prisión y a diferentes peticiones, de hasta once años de reclusión, por parte de las siete acusaciones particulares personadas en la causa.

El médico tendrá que responder, durante los cinco días que se prevé que dure el juicio, a las imputaciones de obligar a las 25 demandantes a desnudarse por motivos tan intrascendentes como, en palabras del fiscal, un catarro o un dolor de cabeza y, porteriormente, fotografiar al menos a dos de ellas.

En sus declaraciones ante el tribunal, De la Cal guard silencio a muchas de las preguntas que se le dirigieron, mientras que a otras respondió con vagos "no recuerdo", aunque no negó haber fotografiado a dos pacientes.

El médico aseguró que las pacientes se despojaban de las prendas de vestir por voluntad propia, sin ningún tipo de coacción y durante la puesta en marcha de un programa auspiciado por el Insalud y la Diputación General de Aragón destinado a obtener historiales médicos de pacientes pertenecientes a demarcaciones rurales en las que no existecentro de salud.

Respecto a la publicación de varias de las fotografías obtenidas a pacientes en la revista "Interviú", De la Cal dijo que le habían sido robadas de su consulta y, negó la posibilidad de que él mismo las hubiese proporcionado a la publicación. "No estoy loco, ni soy tonto", afirmó.

Durante el resto de las jornadas previstas, el tribunal tomará declaración a un total de 112 testigos y varios peritos, requeridos tanto por las acusaciones pública y privadas, como por la defensa.

El caso, cuyo juicio comenzó hoy, se inicio en febrero de 1994, a raíz de la denuncia interpuesta por una vecina de La Puebla de Alfindén y su hija de 14 años, que acusaban al médico de presuntos abusos sexuales en la consulta. Poco a poco, llegaron a sumarse los casos de hasta 25 mujeres, que manifestaron haber sufrido idénticos abusos.

El suceso llegó a su máxima difusión cuando la revista "Interviú", haciéndose eco de las denuncias, publicó el 4 de abril de 1994 las fotografías de dos pacientes queaparecían completamente desnudas en la consulta médica de La Puebla de Alfindén.

Angel de la Cal llegó a reconocer entonces que hacía desnudar a estas dos pacientes, a las que trataba a título particular, y luego las fotografiaba, como parte de una terapia antidepresiva.