El doctor, especialista en la actualidad en procotología, una especialidad dentro de la cirugía general, relató al periódico Canarias 7 que al principio ni él mismo se creía lo que parecía evidente y que ha sido con el transcurso de los años y el operar a más de 200 personas lo que le ha dado el convencimiento de que esta técnica de ijación del intestino ciego acaba con el estreñimiento.

Explicó cómo observó que tras operar a pacientes con dolores abdominales y con claros síntomas de estreñimiento, también desaparecían los dolores de cabeza, el dolor abdominal, la llamada frialdad distal, que consiste en que las manos y los pies están continuamente fríos y en algunos casos la hipermenorrea, que son menstruaciones muy abundantes que podrían causar anemias.

Esta práctica ha sido expuesta a otros compañeros de profesión que aseuran que están realizando este tipo de intervenciones con éxito, con lo que se podía solucionar este mal y sus efectos colaterales que afectan a dos de cada cien personas.