LA MAYORÍA DE LOS CASOS DE HEPATITIS C SE PUEDEN CURAR CON EL TRATAMIENTO ESTÁNDAR
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La mayoría de los casos de Hepatitis C se pueden curar con el tratamiento estándar recomendado a base de interferón pegilado y ribavirina, según informó hoy la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C con motivo del Día Mundial de la Hepatitis, que se celebrará el próximo domingo 1 de octubre.
El tratamiento actual de la enfermedad está compuesto por interferón pegilado y ribavirina y consigue unas tasas de curación que oscilan entre el 50% en los genotipos 1 y 4 y hasta un 90% en los genotipos 2 y 3, afirmó el jefe del Servicio Digestivo del Hospital de Valme (Sevilla), Manuel Romero.
Romero afirmó que es "primordial transmitir a la sociedad la importancia de diagnosticar la Hepatitis C, por un lado porque es la principal causa de enfermedad hepática y por otro porque se puede curar, aspecto muy importante que no se da en otras enfermedades crónicas como la diabetes, la artritis o el SIDA".
Por otra parte la presidenta de la asociación, Amparo González, exige "más investigación sobre fármacos que puedan curar la enfermedad cuando el paciente no responde a los tratamientos actuales y que mejoren la calidad de vida de los pacientes".
En este sentido Roche Farma está desarrollando la molécula R1626, que en los estudios iniciales, ha mostrado, al combinarse con el interferón pegilado alfa 2a, una mejor eficacia en los casos más difíciles de curar aunque de momento sólo en ensayos preliminares.
González, comentó, en cuanto al estigma que acompaña a los enfermos, que "hay que realizar más campañas de publicidad en las que se hable de la enfermedad, su evolución y su tratamiento, para que quien padezca la enfermedad no sufra rechazo social y que no se den nuevos casos en el resto de la sociedad".
"La epidemia de la Hepatitis C ha tenido lugar en la seguna mitad del siglo XX, debido a las trasfusiones de sangre y el uso de drogas ilegales por vía intravenosa. Ahora mismo son pocos los casos nuevos de contagio, de ahí que lo importante sea detectar a los pacientes que ya están infectados para ofrecerles el mejor tratamiento posible", aseguró Romero.
Las dificultades para detectar la enfermedad se deben a que no se realizan las pruebas de detección en los reconocimientos rutinarios pero sobre todo a que es una enfermedad "asintomática", explicó Romero, por lo que pueden pasar 20 años hasta que el paciente note algunos síntomas.
Pero, para entonces, el hígado ya está tan afectado que el tratamiento no es eficaz y es probable que el paciente necesite un trasplante, "y esta es una solución a corto-medio plazo, porque inmediatamente después del trasplante el virus vuelve a infectar el hígado nuevo", apuntó Romero.
Además la presidenta de la asociación explicó la importancia del apoyo familiar ya que "aunque el especialista realiza un seguimiento, es el familiar el que está en el día de los enfermos y es el que tiene que ayudar a que el enfermo cumpla con el tratamiento", concluyó.
(SERVIMEDIA)
28 Sep 2006
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