Matild Fernández sugirió que las diferentes formaciones parlamentarias podían dar libertad de voto en esta cuestión y aseguró que, además de la opinión de las mujeres y de los obispos, también hay que tener en cuenta la opinión de "quienes van a interpretar la ley para ver si está suficientemente clara y también a los profesionales que la tienen que practicar".

La ministra opinó sobre la última ampliación de la despenalización de la interrupción del embarazo propuesta por el Gobierno que el debate que está ropiciando es el mismo "que el del año 83 y el del año 85, mientras que el país y la sociedad del 92 es distinta".

"El Gobierno ha seguido buscando equilibrios y eso lo hicimos también en el 85 y produjo insatisfacción casi por todos los frentes: los que se consideran a la izquierda nuestra, diciendo que es insuficiente, y los grupos conservadores y los representantes de la Iglesia, interpretando que es un desastre ese avance. Yo creo que tenemos que escuchar un poco más a las personas", afirmó Fernánez.

La responsable de la política social del Ejecutivo señaló que "este es un tema que tiene mucho que ver con las libertades de los ciudadanos".

Matilde Fernández reconoció que siente "un sinsabor de pequeña frustración" con el proyecto aprobado, porque "está a medio camino de la llamada ley de plazos" y ella ha defendido que sea la mujer quien decida.