Yemen

Más de la mitad de la población en Yemen pasa hambre mientras los precios del pan suben un 35% tras la invasión de Ucrania

Madrid
SERVIMEDIA

Más de la mitad de los yemeníes sufre hambre, una situación que podría empeorar próximamente como consecuencia de que el precio del pan ha experimentado una subida del 35% desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, según denunció este jueves Oxfam Intermón.

Esta organización destacó que el coste humano de la guerra en Yemen, que este sábado cumple su octavo año, “está aumentando drásticamente” en forma de “muertes de civiles, una acentuación del hambre y tres cuartas partes de la población necesitadas de apoyo humanitario urgentemente”.

Subrayó que otro año más de guerra “supondría un sufrimiento inimaginable para la población civil”, ya que “casi dos tercios” de la población del país pasará hambre este año, si las partes en conflicto no deponen sus armas o si la comunidad internacional no rompe la brecha existente entre la petición de ayuda humanitaria y el dinero que destina a ella.

Alertó de que la invasión rusa de Ucrania “ha exacerbado la situación, aumentando la preocupación por el suministro de cereales y aceite comestible”, debido a que Yemen importa el 42% de su grano de ese país y los precios “ya han comenzado a subir”. Prueba de ello es que en Saná, la capital de Yemen, los precios del pan han subido un 35% (de 200 a 270 riales yemeníes) desde el comienzo del conflicto.

Oxfam Intermón recogió testimonios de yemeníes como Ali Hassan Hadi, padre de un niño y una niña que sufren desnutrición, quien relató que “a veces mis hijos duermen con hambre. Si almorzamos, nos saltamos la cena” y expuso que “a veces sólo comemos pan; otras veces podemos cocinar algo, pero en general no comemos bien”.

Ante esta situación, el director de Oxfam Intermón, Ferran Puig, puso de manifiesto que “la violencia y el hambre están de nuevo en aumento y millones de personas no pueden conseguir lo básico para sus familias” y expuso que “la gente no puede permitirse el lujo de bombear agua para regar sus cultivos y en áreas remotas, donde la población depende del agua potable en camiones, no se pueden permitir pagar el aumento de precios, lo que significa que tienen que beber agua que no es potable”. A ello se añade que “algunas ciudades están experimentando cortes de electricidad de 10 a 12 horas al día”.

Esta organización internacional aseveró que actualmente hay 17,3 millones de personas hambrientas en el país, con una previsión de que esta cifra aumente hasta 19 millones a finales de año; 4,8 millones más que en 2015, año de inicio de la guerra, necesitan asistencia humanitaria; las víctimas civiles del conflicto han crecido a más de 14.500 desde que se retiró el equipo observador de derechos humanos de la ONU el pasado mes de octubre; cuatro de cada 10 viviendas de las ciudades han sufrido daños como consecuencia de los ataques aéreos; y más de cuatro millones han huido de sus hogares.

Por su parte, los precios de combustible han subido un 543% desde 2019, triplicándose la cifra en los últimos meses, lo que ha provocado que las colas sean tan largas sean “tan largas que se puede tardar tres días en llegar al surtidor”.

El alza de los precios de los combustibles provoca, según Oxfam Intermón, un “efecto secundario”: el aumento de los alimentos, el agua y los medicamentos, “haciéndolos inasequibles para muchas personas que ya de por sí tienen problemas para satisfacer sus necesidades diarias”, y la reducción en las entregas de ayuda humanitaria a las zonas más remotas del país.

Del mismo modo, los agricultores “no pueden permitirse transporte productos a los mercados”, lo que incrementa el precio de los productos frescos, mientras que los autobuses y mototaxis “se están volviendo inasequibles”, provocando que muchas personas “no puedan pagar el transporte a los centros de salud y otros servicios esenciales”.

Oxfam Intermón también llamó la atención ante el hecho de que los centros sanitarios yemeníes “pronto podrían verse obligados a apagar equipos médicos que salvan vidas debido a la falta de combustible”.

A su vez, “desde finales de 2016 no se han pagado los sueldos del funcionariado gubernamental”, mientras que la pandemia “ha reducido el número de los yemeníes que trabajan en Arabia Saudí y envían dinero a sus familiares”, con la consiguiente devaluación de la moneda local.

Por todo ello, la población se ve obligada a “hacer lo que sea para sobrevivir a la situación”, incluso a recurrir a la mendicidad.

Ferran Puig manifestó que “Yemen necesita desesperadamente una paz duradera para que la gente pueda reconstruir sus vidas y sus medios de vida”, puesto que “sin paz, el ciclo de miseria continuará y se profundizará. Hasta ahora, es fundamental que haya financiación adecuada para la ayuda humanitaria”.

(SERVIMEDIA)
24 Mar 2022
MST/clc