Este especialista señala que el enfoque actual de la migraña obliga a hacer un traje a la medida a cada paciente y evitar todos aquellos factores que favorecen el desarrollo de futuras crisis de la enfermedad neurológica más frecuente en los países desarrollados, que afecta a un 17% de las mujeres y a un 7% de los varones.

La migraña no es un simple dolor de cabeza, es un dolor localizado, pulsátil (sensación de martilleo), que se acompaña en la mayoría de los casos de náuseas, vómitos, intolerncia ante la luz (fotofobia) y ante los sonidos (fonofobia). La frecuencia de las crisis varía mucho de un paciente a otro y de una época del año a otra.

La mayoría de las migrañas son de origen desconocido, aunque se sospecha que existe una predisposición genética asociada a factores de desencadenantes, como el consumo de algunos alimentos (chocolate, cítricos, alcohol, queso, y el exceso o privación de cafeína), el estrés, los viajes, los cambios horarios o la falta de sueño. En las mujeres se añade los cambios hormonales.

Un 'triptan' de segunda generación (eletriptán) ha demostrado pervivir más en el organismo que el resto de fármacos de la familia, y en los estudios realizados a distintas dosis en todas se consigue un alivio del dolor durante la crisis y una menor recurrencia a las 24 horas de haber obtenido una respuesta inicial.