Estas son algunas conclusiones de un estudio elaborado por la Fundación Santa María la Real en el marco de su proyecto ‘Entrena Empleo’, en el que han sido encuestadas más de 2.000 mujeres desempleadas de diferentes comunidades autónomas, así como diferentes expertos del ámbito laboral. Según la investigación, el 66,6% de las mujeres encuestadas se han encontrado en una situación de desempleo por dedicarse a los cuidados en algún momento de su vida.

En cuanto al perfil de las mujeres que se ven más afectadas en el mercado laboral por las labores de cuidado, son las mujeres de entre 30 y 45 años quienes más tiempo dedican al trabajo de cuidados (un 78,5% de ellas le dedica más de cinco horas al día). Sin embargo, esta proporción se reduce notablemente cuando las mujeres tienen más de 45 años.

Además, la pandemia de la covid-19 ha sobrecargado aún más a las mujeres en sus responsabilidades de cuidados, según el estudio. En concreto, de las mujeres encuestadas, seis de cada diez consideran que a raíz de la covid, el tiempo invertido en los cuidados ha aumentado.

Asimismo, el informe advierte de que en ocasiones se encadenan unos cuidados con otros (hijos, padres, etc.), lo que puede provocar que se alarguen aún más las situaciones de desempleo, las “cuales muchas veces no finalizan hasta que no cesan las necesidades de atención al cuidado”.

“Los cuidados se perciben como una necesidad que irremediablemente tiene que cubrirse en el momento presente, y será en el futuro cuando algunas de ellas se cuestionan si esa decisión ha sido la adecuada”, expone la Fundación Santa María la Real en su investigación.

En este sentido, destaca que el desempleo por cuidados lleva a prolongar el tiempo fuera del mercado laboral de las afectadas. Así, un 70% de las mujeres en este tipo de desempleo llevan más de tres años en esta situación.

Por último, el estudio señala que “las empresas son agentes de cambio en la problemática” del desempleo entre las mujeres que salen del mercado laboral por tareas de cuidados, ya que “son muchas las medidas que pueden implementar para facilitar la conciliación laboral y familiar”. Pone como ejemplo la flexibilidad temporal y espacial, el establecimiento de jornadas continuas, los espacios adaptados en los centros de trabajo para la lactancia y guarderías para los niños, así como los permisos para atender imprevistos por enfermedad, acudir al médico, tutorías, etc.