Pronto comenzará en Montevideo (Uruguay) su andadura dos nuevas empresas de asistencia técnica informática, una tienda de iluminación o un restaurante de comida rápida uruguaya, entre otros proyectos. En Buenos Aires, varios emprendedores han comenzado con un proyecto relacionado con la construcción, otro sobre fabricación de velas aromáticas y un centro de yoga para la tercera edad. En Río de aneiro, por su parte, se han empezado a esbozar un hotel, una casa de turismo rural, o una oficina de promoción inmobiliaria.

Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia, Nicolás Henríquez, director de la Fundación Incyde y José Luis López Méndez, director general de Caixa Galicia, firmaron un convenio para la puesta en marcha de seis programas de emigrantes retornados.

Se llevarán a cabo dos programas en Argentina, y otros cuatro en Uruguay, Brasil, México y Venezuela y cuenta con un presupusto de 108.000 euros. Los programas se dirigen a emigrantes de nacionalidad española que deseen trasladarse a Galicia para crear su propio puesto de trabajo.

Los programas prestarán apoyo personalizado y seguimiento de un consultor durante todo el proceso de creación de la empresa, desde la idea hasta su puesta en marcha. El proceso de tutorización comprenderá una primera fase, que se desarrollará en el país donde resida el emigrante.

Consistirá en la formación del emprendedor en las líneas básics de gestión empresarial desde la perspectivas de las nuevas tecnologías, ayudándole a analizar la viabilidad del proyecto empresarial desde el conocimiento de la realidad gallega.

En una segunda y tercera fase, ya en Galicia, se asesorará y formará al emprendedor en el proceso de creación, incluida la gestión de las posibles ayudas al autoempleo a las que pudiera tener acceso, y al acompañamiento posterior de la empresa para colaborar en su estabilidad en el mercado. El emprendedor no pagará ni un soo euro por la asistencia a los programas.

No es la primera vez que la Fundación Incyde lleva a cabo un programa de estas características. Ya el pasado año, más de trescientos emigrantes españoles o sus descendientes residentes en Buenos Aires tuvieron la oportunidad de convertirse en empresarios.