Rodríguez Zapatero se reunió con los medios de comunicación desplazados a Rabat a primera hora de la mañana, después de que ayer cuatro ministros cudieran a recibirle al aeropuerto, rodeados de multitud de informadores marroquíes que abordaron al líder socialista nada más descender del avión.

Tanto esta actitud como la inagotable información que los diarios marroquíes ofrecen sobre el viaje de la delegación socialista es una demostración, según Zapatero, de que tanto el pueblo como las autoridades desean que los catorce kilómetros que separan ambos países dejen de ser una barrera y sean más un puente de entendimiento.

Su misión en este conexto, insistió, es fomentar un clima adecuado para facilitar el diálogo. No obstante, precisó que los posteriores "gestos que deban hacer unos y otros" compete ya a los dos gobiernos, no al partido de la oposición en España.

CAMINO HACIA LA DEMOCRACIA

Ante la polémica suscitada en España y a la vista de las críticas que las ediciones de prensa marroquí de hoy vierten contra el Ejecutivo de José María Aznar, el líder socialista ha optado por limar asperezas y reiterar una y otra vez que los interesesde ambos países pasan por dialogar y dejar a un lado la confrontación.

Como primer paso para fomentar ese diálogo los partidos socialistas de ambos países firmarán mañana un convenio de colaboración con el objetivo prioritario de respaldar "el proceso de modernización" que está experimentando Marruecos.

El líder socialista, frente a quienes ponen de manifiesto estos días las carencias de Marruecos, insistió en la necesidad de valorar los progresos del país hacia la normalización democrática, visiles sobre todo en el ámbito de la Justicia.

Al hablar de ese necesario diálogo entre los partidos socialistas, Rodríguez Zapatero se muestra partidario de abrir una reflexión que conduzca a unas pautas tácitas de comportamiento de Gobierno, oposición, e incluso, comunidades autónomas, en las relaciones exteriores, para evitar polémicas como la suscitada con este viaje.

ANTES DE LA PRESIDENCIA DE LA UE

En opinión de los socialistas, resulta imprescindible normalizar las relaciones bilaterales anes de que comience la Presidencia española de la Unión Europea, en la que deben decidirse multitud de cuestiones que afectan directamente a ambos países.

En los seis meses de Presidencia española, recordó, se celebrará en Valencia una cumbre con los países del Mediterráneo, que debe recuperar el espíritu de la de Barcelona para abordar asuntos clave como la regularización de la inmigración, las relaciones comerciales, la cooperación cultural, e incluso, la posibilidad de recuperar un acuerdo de pesca. Entre las cuestiones pendientes que debe cerrar la Presidencia de la UE está un programa de cooperación con Marruecos para el que se ha previsto un montante total de mil millones de euros, la mayor partida destinada a un país mediterráneo.

Por primera vez, una parte de esta partida, 40 millones de euros, se destinarán a reforzar el control de las costas marroquíes contra la inmigración ilegal hacia España. El interés del país magrebí es tal, aseguran los socialistas, que han solicitado doblar est partida.

Para tratar todas estas cuestiones, el líder socialista tiene pensado solicitar a las autoridades marroquíes que accedan a la celebración de una cumbre bilateral al más alto nivel. La última fue en abril de 1999 y la que estaba prevista para finales de este año quedó en suspenso tras la crisis diplomática.

Rodríguez Zapatero considera que el análisis que los socialistas hacen de la situación de la relación y de las vías para mejorarla son compartidas por la delegación diplomática españoa en Rabat. Nada más llegar a la capital marroquí, Rodríguez Zapatero tuvo oportunidad de cenar con el embajador, Fernando Arias-Salgado. El encuentro, aseguran, fue "muy positivo e interesante".

PRUDENCIA EN EL SAHARA

Especialmente prudente se mostró el líder socialista al responder preguntas sobre el contencioso del Sahara. Pese a las reiteradas cuestiones relativas a la posición del PSOE ante las peticiones de autodeterminación y las reticencias mostradas por Rabat, Rodríguez Zapatero optó por deender la iniciativa de la ONU.

Desde su punto de vista, lo más prudente y beneficioso para todas las partes en este momento es dejar trabajar al equipo designado por el secretario general de la ONU y contribuir a llegar a un acuerdo dialogado.

Ante los distintos matices que surgen sobre la situación del pueblo saharaui y sobre las salidas al contencioso, Rodríguez Zapatero dejó claro que la posición oficial del PSOE es la de su dirección, que opta por apoyar la iniciativa de la ONU y buscar, eso í, una postura unánime de España.