MARRUECOS. AZNAR RECIBIRA AL PRIMER MINISTRO JETTOU EL JUEVES PROXIMO PARA NORMALIZAR RELACIONES Y HABLAR DEL SAHARA

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, Jos María Aznar, recibirá el próximo jueves en La Moncloa al primer ministro marroquí, Dris Jettou, en la primera visita oficial que realiza a España un alto mandatario marroquí tras la crisis diplomatica iniciada el 27 de octubre de 2001 con la llamada a consultas del embajador en Madrid, Abdesalan Baraka, según anunciaron a Servimedia fuentes gubernamentales.

La visita se ha planificado con sumo cuidado e incluye un formato de "cumbre" de alto nivel, con reunión, almuerzo y conferencia de prensa, expliaron las mismas fuentes. Jettou tiene máximo interés en visitar España porque nuestro país asume durante todo julio la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU y es en ese mes cuando se sabrá si finalmente el "Plan Baker" de paz para el Sáhara sigue adelante o no.

Marruecos ve con recelo el texto porque cree que pone en cuestión su soberanía sobre un territorio con reservas de petróleo cuya explotación el Reino Alauita ya ha comprometido con firmas francesas y estadounidenses. Algo que Argelia, etaguardia del Frente Polisario, y en menor medida España, antigua potencia colonial, nunca han visto con buenos ojos.

Siempre veladamente, ése ha sido uno de los factores que ha estado detrás del año y medio de conflicto que han vivido ambos países y que el encuentro del 5 de junio entre Aznar y Jettou intentará clausurar.

El país magrebí comenzó quejándose por el trato despectivo de la prensa española hacia Mohamed VI y el régimen que le sustenta, al que se acusaba de desinterés por perseguir l inmigración ilegal, y luego eso se ha ido mezclando con intereses más prosaicos, como las negociaciones de pesca y otras en el marco de la UE.

Pero lo que ha permanecido en el fondo era el interés de Marruecos en utilizar todo lo que estuviera a su alcance, invasión de Perejil incluida, para obligar a España a cambiar de postura en la crisis del Sáhara.

No obstante, las aguas han ido volviendo a su cauce paulatinamente con gestos amistosos por la dos partes. En noviembre pasado, antes de la vuela de los embajadores, el Rey Mohamed VI tomó la iniciativa y ofreció al Gobierno español los caladeros marroquíes para que la flota gallega de bajura afectada por el desastre del buque "Prestige" pudiera faenar en aguas de la plataforma continental marroquí.

Después, ya en enero último, una delegación de la CEOE encabezada por su presidente, José María Cuevas, viajó a Rabat para proseguir los contactos comerciales e incluso se vió con el primer ministro Jettou, que fue nombrado el 9 de octubre de 2002y heredó el problema con España de su antecesor, el socialista Abderraman Yusufi.

Con ocasión de los atentados fundamentalistas de Casablanca, el pasado 17 de mayo, en los que murieron 40 personas, cuatro de ellas españolas, las relaciones bilaterales cobraron nuevo impulso. Hasta la segunda ciudad marroquí viajó el ministro de Interior, Angel Acebes, para ofrecer la colaboración antiterrorista.

También lo intentó la titular de Exteriores, Ana Palacio, pero las autoridades marroquíes han ido dand largas a esa visita para que no interfiriera el atentado en el lento proceso de recomposición de relaciones diplomáticas que culmina el jueves en la Moncloa.

(SERVIMEDIA)
29 Mayo 2003
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