Maragall pronunció estas palabras en su discurso de inauguración de la nueva sede de delegación de la Generalitat en Madrid, ubicada en la céntrica calle de Alcalá, en el mismo edificio en el que se encuentra la librería catalana Blanquerna.

"España es un país un poco singular, en el cual se da la coexistencia de naciones con significados distintos en cada caso, y de la misma forma, el entramado de representaciones, de roles institucionales también tiene esa complejidad interesante", explicó Maragall.

Agregó que, "cuando toda esta aventura comenzó, probablemente la gente se preguntaba dónde terminaría todo esto, y sin embargo ahora tenemos a Europa muy pendiente, porque están viendo que lo que España ha iniciado probablemente en algunos otros países va a tener también que hacerse".

Estos países, prosiguió el presidente, "se van a lucrar de que nosotros hemos ido por delante y hemos pagado el precio de la novedad, incluso de la novatada, seguramente, pero España tiene en este momento un crédito en Europa que no había tenido probablemente en todo el siglo XX".

"Nos tendríamos que referir a muy a principios del siglo XX, y aún enconces estábamos con el 'shock' de la pérdida de las colonias como Estado. Cataluña iba muy bien, pero España no tanto en ese momento", apostilló.

Concluido su discurso, Maragall realizó una visita a las instalaciones de la nueva sede de la delegación de la Generalitat para concluir con una copa de cava en el patio del edificio.

En su visita y el discurso estuvo acompañado por el candidato socialista a las elecciones catalanas, José Montilla, que tras pronunciar una conferencia en un hotel madrileño, a la que no asistió Maragall, se trasladó a la inauguración de la sede.