Las razones que hacen que las mujeres pasen años junto a sus parejas a pesar de las agresiones continuadas se explican, según Dávila, por la baja autoestima de la víctima, la dependencia económica que tienen de sus maridos, la existencia de los hijos a los que ellas quieren proteger y el bloqueo mental en el que se encuentran la mayoría de ellas.

Por ello, añadió, es necesario ofrecerles todos los recursos necesarios para ayudarlas a salir de esa situación. En este sentido, subrayó la importancia de ue todas las administraciones e instituciones se coordinen y trabajen de forma conjunta, que las mujeres sean conscientes de la necesidad de denunciar la agresión y de que toda la sociedad, jueces, fiscales y médicos se sensibilicen.

El estudio "La violencia contra las mujeres", encargado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales a la empresa Siga Dos, se ha realizado sobre una muestra de 20.552 entrevistas y su objetivo ha sido cuantificar el número de mujeres que son víctimas de violencia domética y analizar cómo pueden influir las variables de edad, educación, situación económica y laboral.

A la hora de tratar los resultados obtenidos, la investigación hace una distinción entre mujeres que declaran haber sido víctimas de malos tratos y mujeres que, después de haberlas sometido a un cuestionario, son consideradas "técnicamente" como maltratadas.

"HORRIBLES"

En este sentido, el estudio cifra en 640.000 (4,2%) el número de mujeres españolas mayores de 17 años que se declara maltratada y en 1.865.000 (12,4%) las que son "técnicamente" maltratadas. Asimismo, el informe constata que en la mayoría de los casos el agresor es la pareja y que las víctimas llevan sufriendo los malos tratos desde hace más de cinco años.

"Las cifras me parecen horribles", dijo Dávila. "Es un espanto". "Mientras haya una sola víctima", añadió, "no podemos decir que los datos son buenos".

Los datos de la encuesta también permiten realizar un perfil de la víctima y del agresor. Así, la víctima de malos trtos suele ser una mujer de entre 45 y 64 años de edad, que vive en núcleos urbanos de más de 20.000 habitantes, casada y con un nivel de formación bajo.

Por su parte, el agresor suele ser un hombre que aparenta un comportaminto normal y agradable y bien relacionado tanto en su trabajo como en el vecindario. Muchos de ellos provienen de un hogar desestructurado y han podido incluso haber sido víctimas de maltrato.