Del Moral declaró que está a favor de los juicios paralelos, pertenecientes al ámbito mediático, “siempre y cuando se mantengan paralelos, es decir, cuando el ámbito judicial y el mediático se mantienen independientes”, ya que “sus finalidades son diferentes”. “El ámbito judicial castiga con el derecho penal, conformado por unas normas garantistas; mientras que el ámbito mediático se guía por el interés noticioso”, agregó.

Asimismo, aseguró que el ámbito judicial no se puede trasladar al político y defendió unas mayores exigencias: “Un político no puede apelar a la presunción de inocencia. Prefiero que haya políticos que abandonen la política siendo justos, que los injustos se mantengan en ella. El baremo debe ser más exigente”.

Por último, reivindicó el papel de los medios de comunicación y, de acuerdo con la opinión del Tribunal Constitucional, estableció que la libertad de prensa “sólo debe limitarse a posteriori porque sus frutos son más positivos que negativos” bajo tres límites: si la información es ofensiva, si se hace de forma innecesariamente vejatoria y si incumple el principio de veracidad.