Según el procesado, su esposa, que padecía una enfermedad cardiovascular y se enconraba con gripe, no falleció debido a la agresión, sino por el golpe que se dio al caer al suelo como consecuencia de una lipotimia.

El magistrado, que se encuentra suspendido de sus funciones por el Consejo General del Poder Judicial, afirmó que su esposa recibió palizas de sus padres, a los que tenía mucho respeto, cuando tenía 15 años.

Jesús Angel Guijarro explicó a la sala que, alrededor de las 10 de la noche del 24 de diciembre de 1989 acudió al domicilio de sus suegros, en la localidad ciudarealeña de Daimiel, para celebrar la cena de Nochebuena.

Según relató el inculpado, durante los postres se suscitó la discusión respecto al lugar donde iban a fijar su residencia, una vez que había sido trasladado como magistrado desde Badajoz a la Audiencia de Ciudad Real.

Como no era bien recibido en la casa de sus suegros, manifestó Guijarro, se levantó para irse, pero sin agresividad, aseguró, momento en el que su suegra fue a sujetarlo y su esposa cayó al suelo.

También negó el acusado ue hubiera presionado al médico Félix Núñez, amigo suyo, para que no se realizara la autopsia, prueba que posteriormente fue hecha a petición de los padres de Consuelo y que reveló la existencia de una componente violenta en su muerte.

Por su parte, el fiscal solicitó dos años de prisión menor para el procesado por presunto delito de imprudencia temeraria y, para el médico, seis meses y un día de cárcel y 150.000 pesetas de multa.

La vista oral durará, previsiblemente, dos semanas. El sumario, qu ocupa 400 folios, contiene las declaraciones de más de 50 testigos.