El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejo la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Desde 1981 se aplica como directiva y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.

La directiva en vigor es la octava y ha regulado el cambio desde 1998 hasta este año. El pasado mes de diciembre el Parlamento y Consejo de la UE aprobó la novena directiva, que tiene, como novedad, carácter indefinido, por entender los organismos comunitarios que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo .

La nueva directiva es de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea y mantiene las fechas de inicio y final del periodo del "horario de verano", fijadas en el último domingo del mes de marzo y el último de octubre, respectivamente.

No obstante, cada cinco años, la Comisión publicará en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas, una comunicación que incluirá el calendario defechas de principio y fin de la hora de verano para los cinco años siguientes.

La aprobación de la novena directiva está avalada por las conclusiones de un nuevo estudio sobre el alcance y efectos del cambio de hora realizado, por encargo de la Comisión, por la consultora Research Voor Beleid Int.

BENEFICIOS

Este informe, que se presentó al Parlamento Europeo en 1999, tras analizar exhaustivamente las repercusiones de la medida, abarcando aspectos que van desde el ahorro, la salud, condiciones e trabajo, modos de vida, etcétera, concluye con un balance positivo, tanto en lo que se refiere al ahorro de energía como a aspectos relacionados con el ocio, el turismo y la salud pública.

Este estudio mantiene que los largos atardeceres fomentan el deporte y otras actividades al aire libre, por lo que la medida también acarrea un beneficio en el ámbito de la salud pública.

Respecto a España, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro en ilminación en el sector doméstico, por el cambio de hora, durante los meses que este tiene efecto; es decir, desde final de marzo hasta el final de octubre, puede representar un 5%.

Si el consumo medio de una familia española es de 3.200 kilovatios hora, el ahorro sería de más de 1.000 pesetas por hogar y más de 10.000 millones de pesetas para el conjunto de ellos.

A estas cifras habría que sumar el ahorro obtenido en el sector de comercio y servicios, que asciende al 3% (más de 1.000 millones de psetas) en concepto de reducción de consumo de aire acondicionado.

CONSEJOS

Independientemente del cambio de hora, el IDAE recomienda que todos los ciudadanos incrementemos el ahorro energético haciendo "un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares", para lo cual propone una serie de pautas que permitirían ahorrar hasta 15.000 pesetas al año, además de contribuir a la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera, según este organismo dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnologa.

Entre estas recomendaciones se encuentran abrir las ventanas el tiempo necesario para ventilar las habitaciones y recuerda que en condiciones normales bastan diez minutos para renovar el aire; apagar la calefacción por la noche y no encenderla por la mañana hasta que la casa esté ventilada y se hayan cerrado las ventanas; cerrar los radiadores que no son necesarios para mantener el bienestar en la casa y apagar completamente la calefacción si va a estar fuera de casa más de un día, e instalar burlees y adhesivos en puertas y ventanas, ya que ahorrará entre un 5% y un 10% de energía.

Asimismo, el IDAE aconseja poner dobles ventanas o doble acristalamiento, porque ahorrará un 20% de energía, ya que el 40% de las fugas se produce por ventanas y cristales; instalar válvulas termostáticas en los radiadores o un regulador para la caldera; mantener la temperatura entre los 20º y 23º centígrados; no abusar de la calefacción, ya que además de ser perjudicial para la salud, cada grado que aumenta la tempratura consume entre un 5% y un 7% más, e instalar algún aislante en techos y paredes si se hace alguna reforma en casa.