La tromba de granizo, que comenzó sobre las 17,10 a la altura del kilómetro 13, obligó a numerosos conductores a reducir su velocidad e incluso a parar por falta de visibilidad, por temor ante el ruido que producen las bolas de grnizo al chocar con la chapa de los vehículos o porque se metió agua en la instalación eléctrica del motor.

El fenómeno meteorológico afectó a la circulación por ambos sentidos de la autovía, aunque en mayor medida en la dirección salida de Madrid, atestada de vehículos en plena Operación Salida de vacaciones.

El colapso circulatorio provocó retenciones entre kilómetro 10 y el 13 en dirección hacia La Coruña y a la misma altura de la carretera, pero en dirección hacia Madrid, se formó una balsa qu afectó a dos de los tres carriles de la calzada, lo que se tradujo en atascos de más de una hora en ambos sentidos.