Aunque la autopsia del cadáver se está practicando esta mañana, la policía -que sólo facilitó el nombre de pila de la víctima, Francisco- cree que todos los indicios apuntan a que existe una relación directa entre la ingestión del brebaje y la muerte.

Según consta en las diligencias instruidas, el hombre pasó el fin de semana en el domicilio de su hermana en la citada localidad madrileña. El domingo, la mujer se acercó a un pantano, en el térmno municipal de Galapagar, a recoger amapolas, con el fin de preparar una infusión.

El domingo por la tarde prepararon el brebaje con aproximadamente medio kilo de amapolas para un litro y medio de agua. La mujer tomó una cantidad que se puede considerar normal, pero su hermano consumió el resto e incluso añadió un vaso de leche, que se cortó. Su hermana le advirtió esta circunstancia, pero el hombre se lo tomó.

Horas después, la víctima comenzó a sentir picores y molestias en los ojos, pero no l dio mayor importancia y a media noche se acostó. Ya de madrugada, la hermana se despertó, ante los fuertes ronquidos de Francisco, y posteriormente, hacia las 6 de la madrugada, observó que estaba inmóvil y sin signos de vida.