El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, convocó una rueda de prensa ante el clima de rechazo a los extranjeros que ha provocado el último acto delictivo, el apuñalamiento de un vecino del barrio, Carlos, por un norteafricano que le robó la cazadora y el teléfono móvil, en complicidad con otros dos inmigrantes.

Los hechos, sucedidos el pasado lunes por la noche en un bar, pudieron costarle la vida a la víctima si dos de las cuatro puñaladas que recibi hubieran penetrado un milímetro más y alcanzado al corazón.

Carlos y varios amigos estaban jugando al futbolín y habían dejado sus prendas de abrigo en un taburete próximo. Tres inmigrantes, dos varones y una mujer, se sentaron al lado de la ropa y uno de ellos se llevó una cazadora sin que se dieran cuenta y salió a la calle.

Cuando terminaron de jugar y echaron en falta la prenda, los jóvenes se dirigieron a la pareja de inmigrantes que aún permanecían en el local -no había nadie más en el bar y les dijeron que no se podían marchar y que iban a llamar a la policía.

CUATRO CUCHILLADAS

Uno de los hombres salió a llamar por una cabina y los demás intentaron retener al hombre y la mujer, que salieron a la calle. El individuo que había sustraído la cazadora volvió hacia el bar y, antes de que la víctima y sus compañeros se dieran cuenta, le asestó cuatro puñaladas. También llevaba una barra de hierro, con la que golpeó a otra persona, y se fugó. No ha sido detenido todavía, pero sí sus dos acmpañantes.

Un portavoz de la asociación de vecinos, Manuel Osuna, pidió a la ciudadanía "que estemos tranquilos, que nadie se tome la justicia por su mano" y pidió a las instituciones que "se tomen la seguridad en serio", porque hay delincuentes, españoles y extranjeros, que actúan contra turistas, vecinos e inmigrantes.

Asimismo, Osuna pidió inversiones para colegios públicos, que los alumnos de otras culturas se repartan entre otros centros para que no se den casos de que el 70 por ciento de lo escolares de un colegio sean hijos de inmigrantes. También solicitó un centro de salud mejor y mayor atención del Ayuntamiento de Madrid.

Ibarra alertó de que, si no se ataja esta situación con una mayor presencia policial permanente, a juzgar por las llamadas amenazantes que han recibido en el Movimiento por la Intolerancia y los rumores que circulan por el barrio, hay motivos para pensar que "se intenta producir una situación de violencia", muy probablemente desde fuera de Lavapiés, por parte de grpos ultras, racistas y xenófobos.