Las primeras investigaciones iniciadas por la Guardia Civil apuntaban a que el asesinato del ciudadano B.M.W. de 49 años, que tenía antecedentes policiales, se trataba de un ajuste de cuentas supuestamente realizado por las involucraciones que el fallecido tenía con las mafias de la droga del este de Europa.

En la inspección ocular practicada en el inmueble en que residía B.M.W. se apreciaba una total ausencia de señales de violencia, detectándose contradicciones en las primeras declaraciones de los familiares del fallecido.

Todo ello llevó a los investigadores a sospechar de dichos familiares, por lo qe tras una segunda toma de manifestación, se constató que ambas no coincidían, procediéndose a su detención. En esta segunda manifestación, las pruebas hacían presagiar que el hijastro mayor de B.M.W. era el supuesto autor material de la agresión, y que como útiles del crimen había utilizado un hacha y un cuchillo de grandes dimensiones.

Una vez reconocieron los hechos los implicados, en la madrugada del pasado sábado se hallaban las supuestas armas del crimen enterradas en un descampado de las afuera de la localidad de Arganda del Rey.

El móvil parece ser que radica en los problemas familiares existentes en el seno de la misma y que venían arrastrando desde antes de venir a España. La investigación aún continúa abierta, hasta lograr el total esclarecimiento de los hechos y determinar la exacta implicación y participación de cada uno de los detenidos, los cuales en el día de hoy han pasado a disposición judicial.