P.R. tenía pendiente una orden de busca y captura envirtud de un procedimiento abreviado de un juzgado de Benidorm (Alicante) por riña, agresión y lesiones en 1990. Informado el juez de guardia, éste se personó en las dependencias policiales y ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto Anatómico Forense.

Sobre las 10,30 de la mañana, una patrulla de la Policía Municipal acudió a la carretera de Castilla, kilómetro 5,800, donde, según una denuncia, había un hombre dormido dentro de un 'Ford Fiesta'.

El hombre se identificó como osé Luis P.R., pero carecía de documentación. Añadió, además, que el coche era de una amiga suya. En vista de su estado físico, los agentes decidieron trasladarle al Hospital Clínico, en cuyo servicio de urgencias quedó ingresado.

Poco después, la policía descubrió que P.R. estaba en busca y captura, por lo que el inspector de guardia envió al Clínico una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía para custodiar al enfermo y, en caso de que fuera dado de alta, trasladarlo a comisaría.

Así ocurrió y obre las 13,20 horas, la patrulla presentó a José Luis P.R. en comisaría. En el hospital le habían entregado un parte médico que dice textualmente: "Paciente que acude por cansancio tras intoxicación etílica. Consciente. Orientado. No refiere sintomatología. No se objetiva patología urgente".

Al reclamado se le leyeron los derechos y pasó a un calabozo individual, donde al poco tiempo estaba dormido. Minutos antes de las 18 horas acudió el abogado de oficio, y cuando los funcionarios fueron a buscar a detenido, éste seguía durmiendo.

Así se le comunicó al letrado, que bajó personalmente al calabozo para comprobarlo y al llamarle no se despertó. El abogado dio por concluida su asistencia, a la que dio plena validez, dado que era un trámite formal por busca y captura y no era preciso tomarle declaración. El letrado lo comunicó al Colegio de Abogados, que igualmente consideró válida la asistencia al detenido.

No obstante, por acuerdo del inspector de guardia y el letrado, éste llamó al servicio e urgencias del Hospital Clínico para comprobar si era normal el estado del detenido. Una doctora de este servicio manifestó que, a la vista del examen que se había realizado al enfermo, no encontraba extraño su estado de somnolencia. Las diligencias se dieron por concluidas a la espera de su remisión a la autoridad judicial.

Sobre las 20,45 horas, José Luis P.R. había dejado de roncar y no respondió a las llamadas del funcionario que le avisaba para cenar. Este le movió, pero el resultado fue el mism. Aún estaba caliente y de inmediato se avisó al servicio municipal de urgencia Samur. Un equipo acudió y trató de reanimar al arrestado durante más de media hora sin éxito. Las diligencias han sido remitidas al juez de guardia -el titular del juzgado número 13- que acudió a comisaría a levantar el cadáver.