La operación se realizó con la colaboración del departamento antipiratería de la SGAE, que había realizado un seguimiento de los puntos de venta de este material fonográfico ilega.

Las detenciones se llevaron a cabo en dos domicilios particulares de Madrid. En uno de ellos, los agentes detuvieron a dos personas y se incautaron de 632 discos compactos falsificados, así como de material necesario para esta actividad fraudulenta.

En la segunda intervención fueron arrestadas otras cuatro personas y se decomisaron 269 discos piratas, varios discos compactos piratas de videojuegos de la consola Playstation y un par de maletas-expositores para la exhibición del material en la ví pública.

En ambos casos, según las pesquisas policiales, los detenidos grababan ilegalmente los discos y los distribuían a 400 pesetas por unidad entre los vendedores callejeros, que luego los ofrecían al público a unas 1.000 pesetas.