En la denuncia, presentada ayer, la Coordinadora de Barrios asegura que la dirección del centro impide a los menores de religión musulmana celebrar el Ramadán si están sancionados por alguna falta cometida en el interior del centro.

Concretamente, la coordinadra denuncia el caso del menor Younes Chagouri, que se encuentra en el Centro de Internamiento Renasco cumpliendo una medida de internamiento en régimen semiabierto.

Según la versión de los denunciantes, el menor fue sancionado por los educadores del centro por negarse a comer a mediodía, debido a que desde el pasado 6 de noviembre viene celebrando el Ramadán, mes de ayuno y oración para los musulmanes, durante el cual ayunan desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde.

El menor asegura que pra los internos de religión musulmana se venía respetando el mes de Ramadán, acomodando para ellos un horario de comidas acorde con esta prescripción religiosa. Sin embargo, el pasado 21 de noviembre les informaron que aquellos menores que tuvieran alguna sanción en el centro no podrían celebrar el Ramadán, tendrían prohibido ayunar y deberían seguir el régimen de comidas que siguen los internos no musulmanes.

A juicio de la Coordinadora de Barrios, esta norma conculca el derecho fundamental a la libetad religiosa recogido en la Constitución, en la Convención de los Derechos de los Niños y en la Ley de Protección Jurídica del Menor.

"El derecho a la libertad religiosa y el ejercicio del mismo no puede ser en ningún modo limitado por normas regimentales y de funcionamiento del centro", indica la denuncia, que insiste en que ya existe un extenso catálogo de sanciones que se pueden imponer a los menores, "resultando por lo tanto ilegal, innecesario y desproporcionado acudir a la restricción de un dercho fundamental, que además se configura como un derecho irrenunciable, inalienable e imprescriptible".

La letrada que representa a Younes Chagouri asegura además que en el centro hay otros dos menores en una situación similar, sometidos a sanciones, aunque actualmente están en suspenso por encontrarse recurridas ante el Juzgado de Menores.

Tras insistir en que prohibir celebrar el Ramadán, una práctica de obligado cumplimiento para los creyentes en la fe musulmana, "no puede quedar al albur de ls decisiones internas del equipo directivo", la letrada pide a la fiscalía que tome las medidas pertinentes para impedir que esta situación se mantenga.