El fraude fue descubierto porque el vigilante de un centro comercial ubicado en las proximidades de la M-30 se percató de la actitud sospechosa de una pareja que entraba y salía del establecimiento efectuando elevados dispendios.

El guarda de seguridad avisó a la comisaría de policía de Arganzuela, que envió a arios agentes hasta el lugar, para someter a la pareja a vigilancia. Las salidas del centro comercial, con las manos llenas de paquetes, concluían siempre ante un automóvil estacionado en las inmediaciones y en su maletero y asiento posterior descargaban la diversa gama de productos adquiridos.

Los agentes comprobaron que la tarjeta que utilizaban los sospechosos era robada. La pareja no pudo acreditar su posesión y reconoció que sustrajo la tarjeta electrónica a una espectadora durante el desarrollo e un programa de televisión cara al público.

Entre lo incautado hay desde cajas de frutas y cereales selectos, escogidos productos alimenticios, una treintena de botellas de vino y licores de marca de reconocido prestigio, hasta objetos de baño e higiene corporal para pequeños y mayores.

Asímismo, los detenidos habían adquirido una bañera, una máquina de escribir, todo para el bebé, varios aparatos de sonido, ropa deportiva y juguetes electrónicos para adolescentes.

Patricio y María ya había utilizado la tarjeta con anterioridad en otros dos grandes centros comerciales de la región.