Jirafas, pequeños primates, serpientes, peces tropicales y otras especes especialmente sensibles al frío son expuestos al público en recintos habilitados para el invierno, donde gozan de la temperatura ambiente propia de su hábitat originario.

Los sistemas de calefacción instalados para que estos animales puedan soportar mejor los rigores del invierno madrileño no suponen ningún gasto adicional para el Zoo, ya que al igual que en verano hay que ayudar a unos animales a combatir el calor con las medidas adecuadas, a otros hay que protegerles del frío cuando llega la époc invernal.

En el acuario los peces tropicales pueden nadar a sus anchas por las intalaciones, donde el agua permanece a una temperatura constante superior a los 23 grados centígrados.

Los recintos cubiertos no están completamente cerrados, según las mismas fuentes, y los animales procedentes de otros países más calurosos pueden elegir entre darse un paseo por el exterior o quedarse al abrigo de las calefacciones.