En un desayuno informativo organizado por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), Madrazo explicó que las buenas perspectivas del presidente del Gobierno sobre el proceso no obedecen a su "optimismo antropológico", sino a los datos objetivos que maneja el Ejecutivo gracias a estas conversaciones.

En su opinión, los contactos con la banda terrorista tienen como objetivo preparar el terreno para garantizar que cuando se sienten oficialmente, el diálogo culmine "con éxito", un abandono definitivo de la violencia por parte de ETA y una modificación en la política penitenciaria por el lado del Ejecutivo.

Madrazo se mostró convencido de que el proceso llegará a buen puerto, si bien aclaró que no comparte el "hiperoptimismo de unos ni el hiperpesimismo de otros", ya que existen ciertas dificultades, especialmente en el terreno de la normalización política.

El líder de Ezker Batua y consejero del Ejecutivo vasco avanzó que a finales de año habrá, pese a estas dificultades, avances claros en los dos procesos paralelos de pacificación y de normalización política, que se plasmarán, en este último escenario, en un acuerdo político de "mínimos", imprescindible para no "encallar" como ocurrió con el pacto de Ajuria Enea.

El primer escollo para este acuerdo político es el reconocimiento del derecho a decidir de la sociedad vasca, que el PSOE quiere "diluir hasta la ambigüedad" pero para el que se encontrará una fórmula intermedia que satisfaga a ambas partes, y que obligue al acuerdo, porque no puede haber imposición de Euskadi hacia España, ni "portazos" de España a la mayoría de los vascos.

NO BASTA CON UN "ESTATUT"

Advirtió al PSOE de que Euskadi no quiere un acuerdo como el del Estatuto de Cataluña, y para culminar con éxito el proceso de paz y normalización política es necesario que se reconozca, por una u otra fórmula, el derecho a decidir, y no basta con la política penitenciaria y la vuelta a la legalidad de la izquierda "abertzale".

En esta materia, Madrazo recalcó que "todo el mundo sabe que la izquierda abertzale se presentará a las elecciones municipales", y la vía ideal para EB-B sería la derogación de la Ley de Partidos, que considera "antidemocrática", aunque si se pacta otra fórmula "la sociedad vasca lo acatará".

"Todo dependerá de si hay acuerdo previo a finales de año", agregó. En ese caso, se producirá un cambio de marca electoral y de estatutos, pero si no se alcanza el consenso, la izquierda abertzale concurrirá en agrupaciones de electores bajo las siglas de EHAK (Partido Comunista de las Tierras Vascas).

En cualquier caso, quiso dejar claro que "no puede haber acuerdo político si no desaparece la violencia", y así lo percibe la izquierda aberzale, que sabe que la "kale borroka" es una "estrategia de presión que no tiene ninguna justificación".

EL PP SE SUMARÁ

Sobre el papel del Gobierno vasco en este proceso, Madrazo recalcó que los actores principales de la pacificación son ETA y el Ejecutivo central, porque unos tienen "las armas" y los otros "las llaves de las cárceles", mientras que a los partidos y al Gobierno autonómico le corresponde hablar de normalización política.

Ambos procesos, insistió, son "autónomos pero interrelacionados, no puede ser que uno avance a toda velocidad y el otro esté estancado. Pueden avanzar a ritmos distintos, pero ambos tienen que avanzar", y actualmente, agregó Madrazo, "en los dos terrenos se está avanzando", y se verá a finales de año.

Por último, por lo que respecta a la actitud del PP, pronosticó que "se acabará sumando al proceso, aunque ahora parezca difícil, pero cuando avance y sea asumido por la sociedad como irreversible, no puede aparecer ante la historia de Euskadi y de España como el partido que se opuso a la paz".