Díaz presenta hoy en Madrid "La caja sucia. Telebasura en España", una obra en la que el autor se formula diversas preguntas sobre la trascendencia de este fenómeno, como por ejemplo si es cierto que la sociedad española tiene la televisión que se merece, si se sufre la programación más vulgar de toda Europa o por qué la aparición de las cadenas privadas no ha generado una mejor oferta, sino todo lo contrario.

Díaz aseguró a Servimedia que al escribir esta obra no ha querido demonizar el fenómeno de la "telebasura", sino demostrar la "hipocresía" de la sociedad española que la consume. "Estamos ante una sociedad muy hipócrita, que dice que ve la National Geographic y 'La 2' y luego lo que consume es este género", dijo.

A su juicio, las cadenas producen "telebasura" porque es un género muy barato y, además, obtiene la complicidad de los espectadores. "Ahora la televisión no es la ventana de lo que ocurre en el mundo objetivo, sino que construye su propia telerrealidad porque es más barato", indicó.

Díaz subrayó que la televisión actual ya no la hacen los profesionales, sino el público, que impone una estética "kitch", es decir, una telerrealidad alternativa, de evasión. Por otro lado, según este sociólogo, existe una venganza de la televisión respecto a los intelectuales y a su desprecio de la pequeña pantalla.

"El fenómeno es alarmante porque los códigos estéticos que marca no son muy presentables: el pasotismo, la violencia, el grito frente al debate... No es la mejor manera de socializar a nuestros hijos", recalcó.

Tras destacar la necesidad de un Consejo Audiovisual que regule lo que está sucediendo, Díaz se mostró escéptico respecto al acuerdo firmado entre las televisiones y el Gobierno y afirmó que sólo es un "lavado de cara". "El control tendría que ser un poquito más serio por parte de la Administración porque no es de recibo que encargues al zorro la vigilancia del gallinero", puntualizó.

Como resumen de la situación, este sociólogo y periodista apuntó que existe en la televisión un "periodismo sin ideas que ha tombolizado y ha convertido todo en espectáculo", creando una telerrealidad que está en las antípodas de la propia realidad.