A pesar de algunas críticas que no comparte, el consejero aseguró que "lo más destacado de nuestro pabellón en su arquitectura, que prima sobre los contenidos que ofrece".

Para su construcción e instalación, la CAM ha seguido criterios de austeridad, ya que de todos los pabellones, el de Madrid es "el segundo por la cola" en su presupuesto, aclaró.

El coste del "cubo" madrileña, forma geométrica del edificio de la CAM en la Expo, ha sido de 32 millones de pesetas, pagados en su totalidad por Cajamadrid; cantidad a la que hay que añadir otros 349 millones de pesetas en gastos de interior, mobiliario, ordenadores, videos, etc.

El consejero destacó el "alto número" de asistentes al pabellón madrileño: 15.000 visitantes los fines de semana y 5.000 diariamente.

A pesar de que la portavoz del PP en la Comisión de Educación y Cultura, Cristina Cifuentes, calificó de "pobre" el contenido del pabellón madrileño en la Expo y solicitó una mayor nversión presupuestaria para mejorarlo, Lissavetzky pidó calma: "Todavía quedan muchos meses de exposición", dijo.

Por último, el consejero explicó que cuando los visitantes del pabellón de la CAM reciben explicaciones sobre sus contenidos, "lo entienden mucho mejor".