La LFP contará para ello con la colaboración del Consejo Superior de Deportes (CSD). El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y el presidente de los clubes profesionales de fútbol, José Luis Astiazarán, firmaron hoy un convenio para la puesta en marcha de campañas de sensibilización contrarias al racismo y la xenofobia en el fútbol.

Este convenio es una medida más que emana del Protocolo de Actuaciones contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Fútbol que impulsó Lissavetzky y que firmaron el 18 de marzo del año pasado todos los colectivos españoles de este deporte.

Astiazarán afirmó, tras la firma del acuerdo, que el convenio es "una muestra más del esfuerzo que los clubes profesionales de fútbol" han realizado en los últimos años para erradicar brotes violentos o xenófobos en sus estadios.

Por ejemplo, los equipos han destinado más de 200 millones de euros en los últimos seis años, a través de la recaudación de las quinielas, para mejorar la seguridad en sus estadios.

Astiazarán indicó que la LFP apuesta por "el juego limpio y la tolerancia" y por evitar que el fútbol sea "una víctima" de malos comportamientos de algunos aficionados que acuden a los estadios.

ANTEPROYECTO DE LEY

Por su parte, Lissavetzky afirmó que al Gobierno le preocupan mucho los brotes de racismo que han ocurrido en varios campos de fútbol y anunció que el Consejo de Ministros aprobará a finales del próximo mes de junio el anteproyecto de Ley contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.

El proyecto será remitido a las Cortes Generales en julio y confió en que sea definitivamente aprobado antes de que concluya este año.

Lissvavetzky recordó que esta ley incidirá en tres campos de actuación: la prevención, la localización de espectadores y el incremento y el mayor rigor en las sanciones.

Actualmente, esta normativa ha recibido el visto bueno de la Agencia de Protección de Datos y el Gobierno está a la espera del informe preceptivo del Consejo de Estado.

Lissavetzky destacó que "por primera vez en la historia, habrá una decisión política de abordar estos problemas" y España será el primer país que acometerá una iniciativa de este tipo desde que el pasado mes de marzo la FIFA y el Parlamento Europeo aprobaran medidas contra la xenofobia y la discriminación en el fútbol.

El secretario de Estado para el Deporte explicó que habrá algunas novedades, como la posibilidad de que los clubes pierdan puntos en la clasificación o incluso desciendan de categoría si sus hinchadas realizan cánticos racistas en los estadios.

Además, el anteproyecto de ley dará "cobertura legal" a la posibilidad de que se suspendan partidos de fútbol, como pudo ocurrir recientemente en un encuentro de liga entre el Zaragoza y el F.C. Barcelona, cuando el delantero azulgrana Samuel Eto'o amenazó con irse del terreno de juego porque estaba siendo insultado por aficionados maños.

"Lo que no estoy dispuesto a permitir es que esto se extienda como una mancha de aceite por los campos de fútbol. No queremos que se asocie el deporte con cualquier acción de esta naturaleza y confío en que sea algo pasajero y no se convierta en una moda", concluyó Lissavetzky.