LIBRO REINA. DOÑA SOFIA RECONOCE QUE DON JUAN Y SU HIJO DON JUAN CARLOS ERAN RIVALES

MADRID
SERVIMEDIA

La reina doña Sofía señala en el libro de la periodista Pilar Urbano, "La Reina", que las relaciones entre don Juan y su hijo don Juan Carlos fueron muy buenas hasta el momento de surgir la política y las cuestiones dinásticas de elección entre el padre y el hijo. En el fondo, señala doña Sofía, mbos eran rivales.

Sobre esas relaciones afirma que eran "buenísimas hasta que no hablaran de política. Si salía a relucir el tema político, inmediatamente se tensaban y resultaban muy, muy incómodas. Ahora, no hablando de eso, se llevaban muy bien: como un padre y un hijo que se querían. Jugaban al golf, iban en el barco juntos, se comían una paella... ¡todo perfecto! Pero la cuestión de fondo es que... eran rivales".

"Durante bastantes años, don Juan trataba a don Juan Carlos como a un niño. Nole daba importancia. Y eso no cambió hasta que Franco le nombró sucesor. Entonces se produjo una crisis muy dura entre ellos: el padre no le habló durante meses".

La Reina achaca una buena parte de esa falta de entendimiento a la labor desarrollada por los consejeros de don Juan. "Ellos se querían. Pero estaban lejos, y había gente por medio que creaba malentendidos: los del Consejo Privado de don Juan. Cuando se malmetían los juanistas, y el padre se enfadaba, o lanzaba un manifiesto, mi marido se poía muy triste. Salía ahí fuera, y se iba por el jardín a desahogarse andando. Yo me ponía a su lado, y trataba de animarle".

"La contradicción estaba en el propio don Juan. De una parte, él sabía que la presencia del hijo en España, y cerca de Franco, era una marcha hacia el trono. Y de otra parte, él quería que no fuera así, sino que el príncipe preparase el terreno... para el reinado de don Juan. Y eso ni estaba en manos de mi marido, ni en la intención de Franco. Cuando nos vinimos a vivir aquí, decasados, Franco ya había más que descartado al padre. Yo lo sé bien. Don Juan Carlos habría sido feliz, de verdad, ¡feliz!, si su padre hubiera podido reinar antes que él. ¡Aunque fuese una hora!".

La reina doña Sofía está convencida de que don Juan Carlos nunca se jugó la corona, y era el elegido de Franco para sucederle a título de rey.

"¡Nunca se jugaba la corona!. Desde que yo estuve en España, la cuestión de que el sucesor iba a ser él, y no su padre, porque Franco lo había descartado de mod tajante, ya estaba despejada. La única incógnita era el cuándo y el cómo y las reacciones de la designación a título de Rey. No teníamos estatus. No eramos nadie. Pero su situación era ya muy estable. Y, al margen de las intenciones que tuviera don Alfonso de Borbón, y a pesar de su boda con Carmencita, llegaba tarde."

Por otro lado, en sus referencias a la vida cotidiana, la Reina señala que no le costó españolizarse, que nunca se sintió rechazada por ser extranjera, por ser griega.

"Venía preprada, por mi madre y por la reina Victoria Eugenia, para encajar que me hicieran el vacío por ser extranjera. Pero, gracias a Dios, me sentí aceptada como en mi país, como si hubiese nacido aquí... Nunca, nunca, nunca me he sentido forastera en España".

En otro lugar se refiere a las cacerías y muestra su desagrado ante la matanza de animales. "A las cacerías iba sólo para conocer a la gente y charlar: quería estar con amigos. Me gustaban las tertulias en torno al fuego, junto a la chimenea. Pero jamá cogí un arma en mis manos. Ni para ver un magnífico rifle que puede matar a no sé cuantísimos metros. ¡No me interesa! No me gusta matar a los animales. Ni mucho menos verlos sufrir en una plaza de toros, o en una pelea de gallos, o qué sé yo... Pero no hay más historia detrás. ¿Que por qué no llevo abrigo de pieles? Pues... porque puedo abrigarme de otras maneras."

(SERVIMEDIA)
25 Nov 1996
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