Según el libro "El laberinto cántabro" --------------------------------------

SANTANDER
SERVIMEDIA

El vicepresidente de Cantabria y ex presidente regional del PP, Roberto Bedoya, no se atrevió a participar con su partido en la moción de censura contra Juan Hormaechea, en noviembre de 1990, por temor a un chantaje amoroso que le hizo alguien allegado a éste.

Esta versión fue facilitada por el amigo personal de Bedoya y actual consejero de Industria, Francisco Pernía, al ex presidente regiona, el socialista Jaime Blanco, en el restaurante "Teatriz" de Madrid.

Esta relevación y otras que vinculan a Bedoya y a los actuales consejeros del Gobierno Hormaechea Alberto Rodríguez, José Parra y Dionisio García de Cortázar con el cobro de dinero por su "traición" al PP, figuran en el libro "El laberinto cántabro", de los periodistas Víctor Gijón e Isidro Cicero.

Ambos comenzaron a escribir el libro el pasado mes de julio, cuando cesó en sus funciones el Gobierno de gestión PSOE-PP-Partido Regonalista de Cantabria-CDS, presidido por el socialista Jaime Blanco y del que Víctor Gijón fue consejero portavoz por el PSOE, Isidro Cicero ocupó el cargo de asesor (PSOE) y Francisco Pernía era consejero de Industria por el PP.

En el capítulo "Confesiones en el 'Teatriz'" se relata cómo durante un viaje de trabajo de Jaime Blanco y Pernía a Madrid, en la primavera pasada, cuatro meses después de la moción de censura, éstos finalizan la jornada cenando en el restaurante-discoteca mencionado, acompañaos por un reducido grupo de asesores.

CONSEJEROS DE ADMINISTRACION

Pernía se sincera en la reunión de manera tajante, según el testimonio recogido por los autores del libro: "Yo creo que Roberto Bedoya se cansó de ver cómo los demás se hacían ricos a su alrededor y, aunque tarde, también cayó en la tentación. Además, hubo otras razones para que finalmente decidiera quedarse con Hormaechea".

Según el libro, el resto de asistentes no decían palabra y asistían atónitos al relato de Pernía. "Creo frmemente", continuó el consejero, "que Roberto Bedoya, como Alberto Rodríguez, José Parra y Dionisio, se quedan con Hormaechea porque hay dinero de por medio. Todo el mundo sabe que algunos de sus allegados están en varios consejos de administración de empresas constructoras".

A continuación, Pernía pasa a relatar los hechos que siguieron a la tumultuosa reunión de la Ejecutiva regional del PP celebrada el 9 de noviembre de 1990, en la que el actual presidente del partido y entonces secretario general José Luis Vallines, expuso la forma en que se iba a presentar la moción de censura.

Al término de la misma, el vicepresidente, Roberto Bedoya, José Parra y Dionisio García de Cortázar salen de la sede santanderina del PP con rumbo desconocido.

Vallines les ve salir, según el libro, pero fue sólo Pernía el que, picado por la curiosidad, según confesó esa noche en el "Teatriz", se decidió a seguirles.

Vio que entraban en la cafetería "Muelle 15" y desde el exterior, sin que le vieran, comprob que se reunían con el constructor santanderino Fidel González Cuevas, también conocido como "el banquero de Hormaechea". "A estos, ya los han comprado", pensó Pernía en aquel momento, según el libro.

CIERRE DE LA "COMPRA"

"La rumorología desatada en aquellas fechas por toda Cantabria cifraba en 80 millones de pesetas lo que cada uno de los presentes en la reunión, además de García de Cortázar, habían puesto como condición para regresar al redil de Hormaechea", afirma "El laberinto cántabro".

E actual compañero de Gobierno de Hormaechea concluyó esta parte de su relato a Jaime Blanco y el resto de sus acompañantes sin decir dónde se cerró la "compra".

"Habló de los retretes del hotel Sardinero", aseguran Gijón y Cicero, "de una cena anterior en el restaurante 'La Concha', a la que asistieron los tres ex consejeros y Fidel González Cuevas, de una histérica conversación telefónica de Bedoya con su mujer, a quien alguien había amenazado con revelarle cierta infidelidad de su marido si éste no egresaba con Juan Hormaechea".

"Estoy convencido de que a Roberto Bedoya le presionaron con algo más", afirmó Pernía a sus contertulios. "No lo puedo asegurar, pero hay una historia muy turbia por ahí. Yo se lo advertí desinteresadamente, como si fuera un hermano".

"Ten cuidado, Roberto. Ten cuidado. No te creas que esa 'pava' viene a por ti sólo por tu cara bonita", le dijo Pernía a Bedoya.

Pernía, siempre según el libro, concluyó su relato diciendo que la joven en cuestión había llegado aldespacho de Bedoya afirmando ser una "recomendada" de María Elena Alonso, la mujer de Juan Hormaechea.

El capítulo concluye con la entrada en el restaurante "Teatriz" del dirigente del PP y vicepresidente segundo del Congreso, Federico Trillo, lo que cortó la conversación, puesto que Jaime Blanco y Francisco Pernía se dirigieron a saludarle.

A lo largo de 800 páginas, "El laberinto cántabro" narra la crisis política que vivió Cantabria el año pasado. Durante esos meses, los dos autores del libro on en algún momento protagonistas de la crisis, según reconocieron durante la presentación de la obra, hace unos días.

El 10 de noviembre de 1990, Roberto Bedoya, Alberto Rodríguez, José Parra y Dionisio García de Cortázar anunciaron su marcha del PP y su regreso con Hormaechea a través de un comunicado de prensa en el que se decía: "Le hemos entregado (al PP) mediante nuestra determinación disciplinada, lo que políticamente habíamos recibido de él".

(SERVIMEDIA)
11 Ene 1992
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