La feeración indica en una nota que el origen del supuesto "escándalo" reside en "la simple posibilidad de que cualquiera de las protagonistas fuera lesbiana o mantuviera relaciones homosexuales".

La FELGT alerta sobre el secretismo y el morbo con el que los programas del corazón y "los medios serios" están abordando las relaciones lésbicas, lo que contribuye a criminalizar el lesbianismo. Igualmente, indica que, al igual que la orientación heterosexual no es un secreto, "no hay motivo para que la orientacón homosexual lo siga siendo".