Estas fuentes hicieron esta puntualización ante la advertencia lanzada ayer por el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, en el sentido de que las lentes de contacto cosméticas de Halloween pueden provocar infecciones bacterianas graves o, incluso, "un daño significativo en el funcionamiento ocular, con el consiguiente potencial de pérdida irreversible de la visión".

Los ópticos aseguran que estas lentes "resultan fácilmente asequibles, en especial a través de Internet, en bazares, centros de belleza y otros establecimientos no autorizados en donde no existe ningún tipo de control y seguridad".

Según las fuentes ministeriales consultadas, la legislación en vigor establece que las lentes están consideradas como material que precisa de una adaptación individualizada y que, en consecuencia, sólo puede ser administrado por personal titulado.

En concreto, el decreto que desde 1996 regula los productos sanitarios establece que "los establecimientos que realicen la venta directa al público de productos que requieran una adaptación individualizada deberán contar con el equipamiento necesario para realizar tal adaptación y disponer de un profesional cuya titulación acredite una cualificación adecuada para estas funciones".

La fabricación, distribución y venta de estas lentes está sometida a vigilancia por las autoridades sanitarias competentes (las comunidades autónomas, a quienes corresponde la labor de inspección y control).

Además, Sanidad reitera, como recomendación de carácter general, que los ciudadanos deben adquirir cualquier producto que pueda afectar a su salud por los canales autorizados.