En una sentencia a la que tuvo acceso Servimedia, el Alto Tribunal considera que las gafas perdidas por el cabo Golf Cano constituyen un "arma de guerra", por lo que el soldado incurrió en un delito consumado contra la eficacia en el servicio.

El Supremo considera que, "si el arma de guerra es aquella cuya finalidad es la de se utilizada en combate (es decir, hacer la guerra), habrá de convenirse que también lo es toda aquel material que, aún sin constituir propiamente un arma, su uso es imprescindible para la guerra como complemento del arma o como necesario para que ésta, en determinadas condiciones, pueda utilizarse".

Insiste, además, en que en el listado de "Armas de Guerra" que maneja el Ejército "se contienen los anteojos de visión nocturna con la misma calificación de arma de guerra que los equipos de radar, radiotelmando o visores de armas", por lo que su pérdida constituye delito.

Los hechos ocurrieron en una maniobras celebradas en Cerromuriano (Córdoba), en el que las gafas de visión nocturnas que formaban parte de la equipación de este legionario "faltaron" en la revista de material.

Tras buscarlas por espacio de 5 días, se dieron por perdidas y por culpable de la desaparición al cabo Golf Cano, a quien se responsabilizó de su coste, cifrado en 750.000 pesetas. Este soldado deberá ahora abonar al Ejércio la citada cantidad y pasar en prisión 3 meses.