Los hechos ocurrieron el 12 de noviembre de 1990, cuando Melania Aranda Baruque, de 4 años, y otros 56 niños de entre 3 y 5 aos fueron de excursión al campo con tres profesores del colegio público Teodosio el Grande, en Segovia.

Sobre las 16,00 horas de ese día,una de las niñas dijo a una de las profesoras que Melania se había caído a un pozo. La sentencia destaca la actuación "heróica" de uno de los profesores, gracias al cual pudieron rescatar a la niña con vida del agua, aunque no pudieron evitar que falleciese 18 días después, debido a las lesiones.

Según consta en la sentencia, el pozo en el que se precipitó la meor era "facilmente visible" desde el camino por el que transcurría la excursión. Asimismo, los magistrados señalan que ninguno de los profesores se dió cuenta del incidente hasta que se lo dijo la compañera de la víctima.

Tras recordar que "los padres delegan las funciones de control y vigilancia de los alumnos en el centro de enseñanza desde el momeno en que los menores acceden al mismo hasta que se produce su salida ordenada", el Supremo añade que, según la ley, el Estado responde de los daños causaos por sus funcionarios, siempre y cuando éstos actúen dentro del ámbito que les sea propio.

Para el Supremo, en este caso la vigilancia sobre los menores debió ser "más exquisita", al tratarse de niños de tan corta edad. Además, agrega que no ha quedado acreditado que los profesores que fueron a dicha excursión obrasen "con toda la diligencia exigible en la vigilancia o en la adopción de las medidas suficientes de control respecto de la menor fallecida".

Así, el Alto Tribunal confirma la sentenca dictada en su día por la Audiencia Provincial de Segovia, que condenó a los tres profesores que fueron a la excursión y al Ministerio de Educación y Ciencia a indemnizar de forma solidaria con 10 millones de pesetas a los padres de la menor fallecida.