"La detención en Kenia del líder kurdo Abdalá Ocala, tras la denegación del asilo político de Grecia, y su inmediata puesta a disposición del Gobierno de Turquía, provoca serias incertidumbres sobre el procedimiento seguido, que, al carecer de la mínima transparencia, arroja fuertes sospechas de falta de respeto a la legalidad internacional, siendo más preocupante, si cabe, teniéndose presente la implicación de un país perteneciente a la Unión Europea, apunta".

En este sentido, considera "exigible que se clarifique el proceso seguido y se tomen las meidas oportunas por los organismos internacionales competentes, caso de comprobarse la ilegalidad del mismo, ya que, de no hacerse así, se alimentará una nueva escalada de la violencia, que provocará un aumento del sufrimiento del pueblo kurdo".