En una "materia tan delicada" como la eutanasia, "no es deseable que un determinado sector de la población imponga su criterio sobre el de otro sector", afirmó el profesor Gómez Tomillo, quien apostó por "atenuar las responsabilidades" (nunca "eximir de culpa") de los autores de la eutanasia en ciertos supuestos.

El jurista hizo estas consideraciones en la presentación del libro "Aspectos médicos y jurídicos del dolor, la enfermedad terminal y la eutanasia", dirigido por él y escrito también por Juan José López-Ibor, catedrático y director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que finalmente no acudió a la rueda de prensa, y por José Antonio Gutiérrez Fuentes, médico y director de la Fundación Lilly.

La obra sintetiza en 17 capítulos el marco legal que afecta al médico a la hora de afrontar el dolor, la enfermedad terminal y la eutanasia de sus pacientes.

"SOLUCIONES DE CONSENSO"

Entre las "soluciones de consenso y técnicamente factibles" para que la despenalización de la eutanasia no se imponga sobre quienes se oponen a esta práctica o viceversa, el jurista Gómez Tomillo se refirió a la ampliación de los "supuestos priviligiados" que se recogen ahora en el Código Penal para atenuar las penas por eutanasia en España.

Así, explicó, el artículo 143 del Código Penal, que es el que regula la situación de la eutanasia en España, atenúa tanto las penas de los autores de este delito, que sería difícil que alguien fuera a la cárcel por cometerlo.

El Código Penal español, continuó Gómez Tomillo, considera delito la eutanasia activa, es decir, aquélla que provoca el fallecimiento de una persona que padezca una enfermedad grave que se sabe que le va a llevar a la muerte, o que, sin conducirle hasta la muerte, le causa padecimientos permanentes difíciles de soportar.

Sin embargo, agregó, si hay una "petición seria, expresa y directa" del paciente de que se le practique la eutanasia, el Código Penal prevé un comportamiento punible, pero atenuado, para esta conducta.

En esta línea, dijo el experto, es en la que podrían conciliarse las posturas de partidarios y detractores de despenalizar la eutanasia en España. Se trataría, concretó, de ampliar los supuestos en los que se atenúan las penas para los autores de eutanasia.

Un ejemplo de la ampliación de esta atenuación de las penas podría estar en el caso de un médico que ayuda a morir a un niño que sufre, pero que no tiene capacidad legal para dar el consentimiento de que se le ayude a fallecer, concretó el jurista.

En cualquier caso, tanto el profesor Gómez Tomillo, como el doctor Gutiérrez Fuentes se mostraron convencidos de que en España los casos de petición de eutanasia son mínimos, ya que, dijeron, la mayoría de los enfermos quieren que se les ayude a padecer menos, pero siguen luchando por la vida.

En todo el mundo, aseguró el director del libro presentado hoy, hay "muy poquitos estados" que han despenalizado la eutanasia activa. Concretamente, lo han hecho Holanda, Bélgica y Oregón.