El plan establece las líneas de actuación frente a las situaciones conflictivas generadas por usuarios, familiares o acompañantes en el ámbito de las instituciones sanitarias, por lo que comprende actividades de promoción y prevención ante la agresión y posteriores a ésta, como la defensa jurídica o el apoyo psicológico previo a la vuelta al puesto de trabajo.

Según estimaciones del Gobierno regional, el sector sanitario podría representar casi la cuarta parte del total de la violencia que tiene lugar en el trabajo.

Además, añade la Junta, la necesidad que tienen los pacientes y familiares de una atención rápida y eficaz y la confluencia de pacientes con complicaciones mentales, marginalidad y drogadicción son factores que aumentan la conflictividad, siendo en los servicios de Urgencias (con un 45% de los casos) y en los centros de Atención Primaria (28%) donde existe un mayor índice de este tipo de situaciones.

Por otro lado, el Ejecutivo autonómico indica que los estudios realizados a nivel nacional y que se refieren al personal médico demuestran que en el 67% de los casos el autor de las agresiones es el paciente y en el 33% un familiar.