La mayor intervención fue en Sanlúcar de Barrameda, con la aprehensión de 1.200 kilos de boquerones. El resto, 105 kilos, fueron intervenidos en bares y restaurantes de la provincia.

Los infractores pueden sufrir una sanción por la comercialización de inmaduros (peces antes de llegar a adultos), que varía según el peso y especies intervenidas y que pueden llegar hasta los dos millones y medio de pesetas.

Al ser un pescado en estado de crecimiento, es muy fácil su descomposición, por lo que para su conservación se utilizan sustancias prohibidas para el consumo humano.