Mañana, viernes, tanto el fiscal militar como la defensa emitirán sus calificaciones definitivas y el caso quedará visto para sentencia, con una jornada de retraso sobre lo previsto y como consecuencia del elevado número de testimonios que ha sido ecesario escuchar.

Hoy también fue necesario un careo entre dos de los jóvenes denunciantes y uno de los testigos de la defensa, aunque fue imposible aclarar las contradicciones.

Entre los testimonios oídos hoy en la sala destaca el de la madre de uno de los acusados, Catalina Bou, quien aseguró que "mi hijo estaba en casa curándome de una enfermedad" la noche en la que se le acusa de haber participado en un incidente con los 18 ex soldados.

Por otra parte, el alférez responsable de realizarlas pruebas psicológicas en el cuerpo militar con el objeto de descartar a aquellos soldados que no están preparados para ingresar en la COE, reconoció que se vio obligado a seleccionar a un número determinado de soldados para alcanzar el cupo necesario, "aunque alguno de los jóvenes no se adaptaba a perfil psicológico de un soldado de operaciones especiales".