Según las mismas fuentes, sólo hay un sospechoso: Pedro Luis Gallego Fernández, ya qu varios testigos lo vieron en el día y en la hora del secuestro en Viana de Cega, cuando pidió ayuda a los propietarios de un chalet para desatascar su coche del pinar donde se había internado.

Las pruebas periciales complementarias no desechan esta hipótesis y se produce una confluencia de indicios que siempre apuntan al mismo autor.

Pedro Luis Gallego sería acusado por el asesinato, violación y detención ilegal de Leticia Lebrato, en caso de que en el interrogatorio se confirmara su autoría.

Sin embargo, todavía no existe un auto formal de inculpación de Gallego, por lo que habrá que esperar a las declaraciones que hoy está efectuando en La Coruña o las que le sean tomadas cuando sea trasladado a Valladolid.

Al margen de su posible implicación en el caso de Leticia Lebrato, Gallego, a sus 33 años tiene una dilatadísima historia de delitos sexuales.

En Valladolid está ya procesado por dos violaciones y acusado de otras tres, estas últimas bastante conocidas al cometerlas en ascensors de la capital vallisoletana.

Las cinco agresiones sexuales se produjeron este año y la primera de ellas tiene cierta similitud con el caso de Viana de Cega. El pasado mes de abril, Gallego recogió en el camino viejo de Simancas a una joven de 18 años que hacía auto-stop a la que condujo a un pinar y tras amenazarla con un arma de fuego, la esposó y la violó.

Junto a estas cinco violaciones cometidas en Valladolid entre abril y julio, está acusado también de otros cuatro delitos sexuales en Salaanca perpetrados este verano.

Pero además, también tiene que responder en el juzgado de Medina del Campo por un delito de atentado y homicidio frustrado por los disparos que realizó cuando huyó de las Fuerzas de Seguridad.

Desde 1979 hasta el año pasado ha sido condenado a penas de un total de 24 años, y por un total de siete delitos de violación o abusos deshonestos en Palencia y Valladolid.

La Audiencia de Palencia le absolvió en dos ocasiones por enajenación mental, y en mayo del año pasao, después de pasar por las cárceles de Foncalén, Carabanchel y Palencia, los psiquiatras de la prisión de Sevilla dictaminaron que podía recibir el alta médica, por lo que salió en libertad.