Urrusolo Sistiaga, que reconoció en su momento los hechos que se le imputan, realizó hoy ante el magistrado "algúna matización", de la que no han trascendido detalles.

Según el auto, los hechos que han dado lugar al procesamiento se produjeron el 12 de julio de 2005, sobre las 19,30 horas, cuando Urrusolo Sistiaga se encontraba en el módulo de aislamiento de la cárcel de Córdoba.

A la hora de realizarse las entregas de correo, periódicos y cena, Urrusolo Sistiaga mantuvo una discusión con distintos funcionarios del centro penitenciario.

"Ustedes están aquí para servirnos, para eso coméis de nuestros impuestos. Así que recoja del suelo el paquete de periódicos y me los entrega en mano, si no quiere tener problemas con nosotros", dijo Urrusolo, sabiendo que el colectivo de dichos funcionarios se encontraba señalado por la banda terrorista ETA.

Al ser requerido para que depusiera su actitud, Urrusolo Sistiaga añadió sobre sus palabras: "No son ninguna amenaza, son una promesa. Ustedes tengan mucho cuidado con nosotros y ya saben de qué les hablo, txakurra".

Para el magistrado, los hechos relatados revisten caracteres de delito, no sólo de amenazas terroristas, sino también de integración en organización terrorista.

En este sentido, sostiene que las expresiones de Urrusolo Sistiaga revelan su "voluntad renovada de incardinarse dentro de la estructura de la organización terrorista ETA".

Extraditado por Francia en el año 2001, Urrusolo Sistiaga se encuentra actualmente en la cárcel, cumpliendo condena por terrorismo.

El 27 de mayo de 2005, la Audiencia Nacional le condenó a 296 años de prisión por un atentado perpetrado en Madrid en 1991, que acabó con la vida de dos artificieros e hirió a otras 10 personas.