El vicepresidente cuarto del Congreso, Ignacio Gil Lázaro, definió al Pontífice como "una figura fundamental en la historia de la Iglesia y un hombre que ha ejercido un liderazgo espiritual no sólamente sobre los católicos, sino también sobre el conjunto de la Humanidad", a partir de unos principios que son "extensibles más allá de las creencias religiosas".

El portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Gerardo Galeote, aseguró a esta agencia que el testimonio del Papa "trasciende en el tiempo y traspasa más allá de sus creencias religiosas".

"Va a marcar una época y lo importante ahora es que la jerarquía de la Iglesia sepa elegir a alguien que dé continuidad a esta labor de situar a la Iglesia como referente moral en el mundo", añadió.

El portavoz adjunto del PP en el Congreso, Vicente Martínez-Pujalte, le calificó como "la figura más sobresaliente del siglo XX", cuyo testimonio "va a perdurar durante muchísimo tiempo" y "cuyas solidísimas creencias le han permitido sacar fuerzas de donde a veces no las había".

La diputada y secretaria de Educación del Partido Popular, Sandra Moneo, dijo a Servimedia que Karol Wojtyla ha sido "una de las personas más decisivas y significativas del desarrollo de la política en el siglo XX", y resaltó que en sus 26 años de Pontificado "siempre estuvo a la altura de las circunstancias".

El portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Sociales del Congreso, Francisco Vañó, destacó el "diálogo" de Juan Pablo II con otras religiones en la búsqueda del consenso y en la resolución de conflictos. "Fue un hombre bueno, un individuo de la calle que se ha relacionado con los rabinos e imanes", comentó.

La diputada Carmen Quintanilla manifestó también a esta agencia que Juan Pablo II llevó "el evangelio del amor a todos los lugares del mundo, por encima de cualquier ideología política y de formas de vivir", y aseguró que el testimonio del Papa es un ejemplo de defensa de la libertad y la igualdad entre los hombres.

Finalmente, la portavoz adjunta del PP en el Congreso para asuntos de Justicia e Interior, Ana Torme, alabó "la capacidad de comunicación y de conectar con los jóvenes" de Juan Pablo II, así como la "lección de dignidad" que ha dado a los hombres durante su enfermedad y hasta su muerte.