Un juzgado civil absolvió en primera instancia a los laboratorios, al considerar que cuando se hizo la transfusión no existía sistema alguno para detectar la existencia del virus de la hepatitis C, según una información que publica hoy el "Heraldo de Aragón".

Los hechos se remontan a agosto de 1984 cuando Orera Hernández sufrió una caída fortuita a raiz de la cual tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en os ocasiones. En la segunda operación, según el demandante, contrajo la enfermedad.

El demandante recuerda que en España el Gobierno ha dado indemnizaciones a los hemofílicos y personas que recibieron transfusiones de sangre infectada con sida antes de que se describiera la enfermedad.

El joven lamenta que no ocurra esto con el caso de la hepatitis C, aunque asegura que pueden existir muchas personas que se encuentren su misma situación.