Jáuregui explicó a la Cadena Ser las razones por las que el PSE y el PNV, que gobiernan juntos en el País Vasco, hacen luego una campaña electoral tan radicalmente distinta.

"Euskadi es un país todavía no hecho del todo", dijo, y en ese sentido es lo que explica que PNV y Partido Socialista hayamos hecho durante ocho años una coalición, por nuestra parte con una cierta renuncia a una opción partidaria, porque desde la oposición podríamos haber forjado mejor nuesta propia candidatura y nuestra propia posición y habríamos desgastado más al primer partido".

"Ahora, eso lo hemos hecho por el país", continuó. "Sin embargo, esto no debe de privarnos que cuando llegue una campaña electoral, dos partidos políticos que somos tan distintos, con un planteamiento doctrinal tan diferente, tengamos una disputa, en clave de proyecto y en clave de posición política, que nos permita al mismo tiempo diferenciarnos".

Ramón Jáuregui afirmó que es importante que se imponga ua cultura de la coexistencia en el País Vasco porque Euskadi "es un país que tiene internamente una serie de fracturas muy serias, muy importantes que hacen que la sociedad no sea un pueblo integrado, moderno, compacto".

Comentó que en Euskadi todavía "hay muchas cosas que rompen al país, inmigración en su momento, posiciones ante la violencia, ante España y esto tenemos que incorporarlo a la realidad de un país que tiene que ser para todos. Es la asignatura pendiente".

RELACION CON EL PNV

Jáurgui afirmó que existen factores que apelan a la colaboración con el PNV si bien reconoció que hay sectores de su partido que prefieren pasar a la oposición, por el desgaste que les ha supuesto su coalición de gobierno con los nacionalistas.

"Me preocupa", añadió, que esta línea de reflexión exista dentro de nuestro partido. No oculto que es verdad, es razonable porque hace que mucha gente diga, bueno, ya es hora de que el PNV tenga un partido de oposición en serio. Cuando el PNV hizo un Gobierno con ls nacionalistas en el año 90, con EA y con EE, durante seis meses fuimos oposición y lo fuimos de verdad, se volvieron locos, y tan es así, que más bien por fallos propios, por fallos de ellos, el Gobierno se disolvió a los siete meses y tuvieron que llamarnos para ir al Gobierno".

"Entonces", continó, "hay gente que dice: ya es hora de que forjemos una voz propia, que no estemos hipotecando la voz del Partido Socialista todo el tiempo junto al PNV, pero también es verdad que el país sigue siendo muy ragmentado, que hay una necesidad de seguir llevando del brazo al nacionalismo democrático a tareas de corresponsabilidad en la gobernabilidad de España, hacia un discurso más moderado, hacia una unidad hasta acabar con ETA; sigue habiendo razones que apelan a la concertación para ya veremos después del 23 que procede y como respondemos cada uno".