En un comunicado, el CICR señala que el pasado día 27 de abril, tres niños perdieron la vida jugando con un obús de mortero. Y es que los residuos explosivos se encuentran en áreas de juego, escelas, zonas industriales, casas de particulares en construcción y entre la basura que se va acumulando al borde de las carreteras.

El CICR ha transmitido toda la información relativa a los residuos explosivos de guerra a la unidad de desminado del Ejército británico que ocupa la ciudad y le ha solicitado que tome urgentes medidas para acabar con la amenaza.

Además, tanto el CICR como la Media Luna Roja de Irak han advertido a la población civil del peligro, informando a través de los medios de counicación, distribuyendo volantes y advirtiendo a los vecinos de estos emplazamientos.