IRAK. LOS ORGANIZADORES DE LA MANIFESTACION DE MADRID ALERTAN DEL RIESGO DE "QUIEBRA DEMOCRATICA" EN ESPAÑA POR CULPA DE AZNAR
- Advierten que Estados Unidos utilizará "amenazas y promesas" para lograr imponer sus tesis en el Consejo de Seguridad
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Los organizadores de la manifestación de Madrid contra la guerra en Irak alertaron en su manifiesto del riesgo de "quiebra democrática" y de "regresión de los derechos y libertades" en España por la actitud del president del Gobierno, José María Aznar, sobre la crisis con Irak. Reiteraron que se trata de una guerra por el poder en Oriente Medio que no podrá ser justificada por ninguna resolución de Naciones Unidas.
El manifiesto fue leído hacia las ocho de la tarde en la puerta del Sol por Pedro Almodóvar, Leonor Watling y Fernando Fernán Gómez, que subió al escenario ayudado por su amigo y también actor Juan Diego.
Fernando Fernán Gómez, el último en leer y fuertemente aclamado por el público, aseguró que la gurra "se puede parar" con el éxito de manifestaciones como las que hoy se han celebrado en toda Europa y en buena parte del planeta.
El actor lanzó, entre gritos de "no a la guerra", un llamamiento a la movilización contra la participación de España en este conflicto, y recordó que las encuestas cifran en el 75 por ciento el porcentaje de españoles que se oponen aún cuando sea justificada por Naciones Unidas.
"Pese a ello", denunció, "el gobierno de Aznar ha comprometido ya el apoyo del Estado espñol a la agresión contra Iraq" al ceder sin restricción alguna el uso de las bases, "violando con ello la legalidad institucional y la Constitución".
Entre proclamas que pedían la dimisión del Ejecutivo, Fernán Gómez prosiguió advirtiendo que si España se presta a la implicación en la guerra como miembro de la OTAN se violarían las condiciones con las que España aprobó en referéndum la entrada en la Alianza.
"Así nos convertiremos en agresores directos del pueblo iraquí con una nueva guerra de deastación contra su país, y nos enfrentamos en el nuestro a un peligro de quiebra democrática interna y a un grave proceso de regresión en derechos civiles y libertades", alertó.
Fernán Gómez concluyó con esta advertencia la lectura del manifiesto, que fue rematado por gritos de "no a la guerra" de los manifestantes coreados desde el escenario por Almodóvar y Watling. Después sonaron las sirenas que anunciaban simbólicamente un bombardeo y los miles de personas que abarrotaban la Puerta del Sol se echaon al suelo.
IRAK, "UN PAIS HUNDIDO"
El primero en leer fue Almodóvar. Comenzó subrayando que Irak aceptó la resolución 1441 de la ONU y que desde entonces los inspectores tratan de comprobar sobre el terreno el rearme de este país.
"Las acusaciones lanzadas por Estados Unidos y el Reino Unido sobre la reanudación de los programas de armas de destrucción masiva por parte de Irak han resultado ser falsas, son meras excusas para justificar una nueva guerra en Oriente Medio", exclamó, aclamado porlos asistentes.
Pese a ello, prosiguió, la Administración Bush continua con sus preparativos de guerra. "Todo parece indicar que Estados Unidos iniciará en las próximas semanas su asalto final contra Irak, instaurando en Bagdad, tras la invasión y ocupación del país, primero una administración militar estadounidense y después un régimen sumiso a sus intereses estratégicos".
En este punto, el director de cine se saltó el guión para asegurar que ninguno de los presentes en la manifestación, que cifó en más de dos millones de personas, desean que se consume ese propósito. "No entendemos eso de una guerra preventiva. Una guerra no puede ser preventiva, la única prevención contra la guerra se llama paz", proclamó.
Almodóvar recordó que Irak "es hoy un país hundido en la miseria pese a su riqueza y la capacitación de su población, devastado por más de una década de sanciones económicas y agresiones militares continuadas". De hecho, añadió, en los últimos doce años han muerto un millón de personas, e ellos 800.000 menores de cinco años, a causa del embargo.
Los gritos de "asesinos, asesinos" obligaron a Almodóvar a subir la voz para advertir que una nueva guerra supondría, además de víctimas directas, una "catástrofe humanitaria, con millones de personas afectadas por hambrunas y epidemias, y más de dos millones de refugiados".
AMENAZAS EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD
Leonor Watling aseguró después que tras esta guerra "no hay ningún imperativo moral". "Será una guerra desencadenada por meros ntereses políticos y económicos, una nueva guerra por el petróleo".
"Los planes estadounidenses para el futuro de la región tras la intervención contra Irak, recientemente hechos públicos por el secretario de Estado Colin Powell, no dejan lugar a dudas: controlar el suministro petrolífero del mundo industrializado e imponer la inserción económica de Israel en Oriente Medio y, con ésta, la del conjunto de la región, de sus poblaciones y recursos, en una economía mundializada", explicó.
Watling aletó además de que esta guerra puede dar paso "a una más ambiciosa remodelación geopolítica del conjunto de Oriente Medio, incluyendo probablemente el definitivo asalto israelí contra Gaza y Cisjordania y el aplastamiento militar de la Intifada, el desmantelamiento de las instituciones de la Autoridad Palestina y quizás un nuevo éxodo de su población".
La intervención impondrá además a la comunidad internacional, aseguró, "el hecho consumado de un nuevo ordenamiento mundial en el que las normas jurídica vigentes hasta ahora habrán quedado anuladas por la nueva doctrina estadounidense de guerra preventiva".
Esa guerra preventiva, prosiguió la actriz, "no es más que la reciente formulación de la voluntad hegemónica de Estados Unidos, que pretende, por medio del recrudecimiento del intervencionismo militar directo imponer a escala planetaria su dominación política, económica y cultural, imponiendo por la fuerza, si ello es necesario, cambios de gobierno y de sistemas políticos y económicos".
"Estaes una guerra inmoral, es una guerra ilegítima que ninguna resolución de Naciones Unidas podrá legitimar", sentenció, al tiempo que denunció "las amenazas o promesas" de Estados Unidos a los países miembros del Consejo de Seguridad para lograr imponer sus tesis.
Concluyó por ello con una advertencia: "si lo ve necesario para acallar a la opinión pública mundial, la Administración Bush puede pretender en las próximas semanas imponer la aprobación por el Consejo de Seguridad de una nueva resolución que utorice la intervención contra Irak".
(SERVIMEDIA)
15 Feb 2003
CLC